El nuevo Asilo San José recibirá a sus residentes el próximo martes

Llevan mucho tiempo esperando, quizás demasiado, pero por fin está a punto de llegar el día. Los más de cien residentes del Asilo San José se trasladarán el próximo martes a las nuevas instalaciones junto la avenida de Arcos, un edificio en el que desaparecerán todas las dificultades de infraestructuras que vienen arrastrando en la sede antigua desde hace años.

De hecho, estos últimos días ya se están llevando poco a poco hasta las nuevas dependencias diversos materiales, como los ordenadores de administración, las máquinas de ejercicios de los mayores y otros enseres de utilidad. También se ha comunicado ya a los familiares de los internos el día de la mudanza y se ha organizado al personal para que el proceso resulte eficaz. En la calle Taxdirt solo queda lo imprescindible para atender las necesidades de los abuelos de aquí hasta el martes.

Según fuentes consultadas por este medio, el traslado de los residentes se hará por la mañana, después de que hayan desayunado como de costumbre en el edificio antiguo. Los que no tengan problemas graves de movilidad -es decir, prácticamente todos excepto los que estén encamados- viajarán hasta la avenida de Arcos en un autobús de la flota de Urbanos Amarillos. Así, el almuerzo ya se servirá en las nuevas dependencias.

Deficiencias «subsanadas»

La alcaldesa, María José García-Pelayo, dejó claro ayer que la obra está por fin terminada después de que el anterior equipo de gobierno la recepcionara en noviembre de 2010. Es más, llegó incluso a inaugurarlas en la precampaña electoral pero «la dirección técnica ya percibió algunas deficiencias que se han ido subsanando».

Para estos trabajos, que se han centrado sobre todo en la instalación de gas, la climatización o la puesta en marcha de los ascensores, el Ayuntamiento ha tenido que ejecutar el aval bancario que existía y además poner 65.000 euros más. E incluso así, aunque las instalaciones abrirán con todas las garantías y sin problemas de accesibilidad, lo cierto es que solo se va a poder en uso por el momento uno de los tres ascensores que hay diseñados.

Salvados estos obstáculos, García-Pelayo puso de relieve ayer la importancia de contar con esta nueva sede para el asilo, un recinto de 4.800 metros cuadrados construidos en dos plantas con modernas instalaciones (como salas de psicoterapia o de informática) que darán cabida nada menos que a 110 residentes, todos ellos personas con un alto grado de dependencia. Para una mayor funcionalidad, se han distinguido cuatro sectores según el grado de dependencia de los residentes: dependencia grave, dependencia psíquica, pacientes con gran dependencia y dependencia leve y moderada.

La alcaldesa reseñó también que hay cuatro delegaciones municipales trabajando para facilitar el traslado de los residentes, que son Urbanismo, Movilidad, Medio Ambiente y Bienestar Social. María José García Pelayo reconoció de forma especial el esfuerzo de los delegados Antonio Saldaña e Isabel Paredes para que este edificio pueda abrir sus puertas.