Forcejeo entre la policía y dos etarras en un juicio

Agentes de la Policía Nacional y dos etarras acusados de atentar contra la periodista Marisa Guerrero mantuvieron ayer un forcejeo durante el juicio que se celebró en la Audiencia Nacional. Ocurrió al comienzo de la vista oral, cuando los inculpados, Asier Arzalluz e Idoia Mendizábal, se negaron a ponerse en pie ante el tribunal para escuchar la lectura de sus derechos. Entonces, el presidente del tribunal, Alfonso Guevara, ordenó a los agentes que custodiaban a los etarras en la sala blindada que los levantaran, lo que provocó escenas de tensión.

El primero, Asier Arzalluz, protagonizó el primer escarceo cuando los policías le alzaron y pusieron su cabeza contra el cristal para escuchar sus derechos. Después fue Mendizábal quien se resistió y fue puesta en pie mientras aseguraba en euskera que no reconocía la legitimidad del tribunal «para juzgar a militantes vascos».

Los dos están acusados por el envío de un paquete bomba en enero de 2002 al domicilio de la periodista Marisa Guerrero, entonces delegada de Antena 3 en el País Vasco. Por fortuna, ésta se percató porque nunca recibía paquetes a casa al estar amenazada por ETA y dio rápido aviso a la Ertzaintza, que consiguió desactivarlo a tiempo. Ello, pese que la sobrina de la periodista, de tan solo tres años, «cogió el paquete muy contenta porque se trataba de un regalito para la tía», según relató la víctima por videoconferencia.

Por estos mismos hechos también está procesado el ex jefe militar de ETA, Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki', encarcelado en Francia y que será juzgado cuando las autoridades galas acepten su extradición por esta causa. Para los acusados la Fiscalía pide 19 años.