«A este paso nuestros hijos serán agricultores por obligación»
Este trabajador del campo de tercera generación nos ofrece su visión de la crisis y la política y su impacto en el sector ante las inminentes elecciones generales
VALLADOLIDActualizado:Alberto Cano tiene 56 años y cultiva patata, remolacha y cereales en Tordesillas (Valladolid) y alrededores. Muestra una mirada perdida, como tratando de calcular, al preguntarle cuántos años lleva trabajando como agricultor. Enseguida se rinde. “Toda la vida”, responde simplemente. No recuerda haber hecho otra cosa. “Desde que tengo uso de razón ya ayudaba a mis padres”, recuerda. Hijo y nieto de trabajadores del campo conoce bien el sector y ha visto cómo, a lo largo de los años, ha ido cambiando. Ahora, con la crisis, las cosas son diferentes.
El escogió ser agricultor pero teme que sus hijos en el futuro no tengan esa posibilidad de elegir. “El mayor tiene 16 años, el pequeño 12. Si seguimos así, con tanto paro, quizá nuestros hijos se tengan que convertir en agricultores no por deseo sino por obligación”. Alberto es consciente de que cuando llevas años en el campo, a pesar de los malos tiempos, puedes dar trabajo a tu familia y sacarla adelante con un poco de suerte. Pero también sabe que no es un camino de rosas y tiene sus desventajas. En los últimos años ha sufrido robos constantes en sus tierras, ya lo cuenta como algo cotidiano. Batallar con los seguros para recuperar el dinero perdido, tratar de proteger y guardar lo mejor posible su maquinaria... es su pan de cada día, pero es difícil lidiar con ello cuando la mala situación económica empuja cada vez más a la gente hacia los hurtos.
Alberto tiene que enfrentarse en su trabajo a otras dificultades derivadas de la crisis, como la subida de los precios. “Los fertilizantes y la electricidad se han puesto muy caros”, se queja. Y vaticina que algunos no podrán enfrentarse a esta situación. “Aún desparecerá algún agricultor más del sector. Pero yo seré agricultor hasta el final, no pienso cambiar a mis años” afirma resuelto. A pesar de todo, se muestra moderadamente optimista. “Muchas personas están el en paro, muchas empresas han cerrado... y parece que esto sigue yendo a peor. Pero yo soy optimista, creo que todo se solucionará y saldremos adelante”.
No sabe qué ocurrirá después del 20-N pero está decidido a seguir luchando por su profesión al margen de la situación económica de España y de Europa. Él se inclina por el cambio. “Rajoy es sensato, creo que tiene algo dentro que aún no ha demostrado, esperemos que lo haga. Rubalcaba lleva toda la vida en política y ya conocemos cómo funciona”. Ya sea presidente Rajoy o Zapatero, y pase lo que pase, continuará con sus ojos y sus manos sobre el campo.