RAHOLA

Sigue el rifirrafe dentro de la profesión por esa desdichada ocurrencia de 'La Noria' de Telecinco: pagar a la madre del Cuco -10.000 euros- para que acudiera al programa a defender a 'su niño'. De las graves implicaciones éticas del asunto y del juicio que merece ya hemos hablado aquí. Lo que empieza a ventilarse ahora es la responsabilidad asociada, por así decir, de los profesionales que trabajan en el programa. ¿Por qué? Porque, quieras o no, el barro salpica y cierto tipo de lodo huele particularmente mal. Y, claro, luego es muy difícil quitártelo de encima por mucho que frotes. Véase el caso de Pilar Rahola, tertuliana habitual de Telecinco, que ha sido sumamente crítica con la entrevista a la madre del Cuco: «Es absolutamente infame que una persona cuyo hijo está involucrado en la desaparición y muerte de una niña se lucre en los platós». Vale, es verdad. Pero entonces llega el observador exterior y le espeta: «Felicito a Rahola pero le hago una puntualización: es verdad que esta señora se lucra pero usted Rahola está sentada en la silla de Telecinco. Pilar Rahola debería haber dicho: ¡y esta cadena es la que lo instiga porque es la que le paga!». El observador exterior en cuestión era el periodista Ferrán Monegal, y hay que decir que Monegal tiene razón. El colega añadía: «Cuando un medio de comunicación tiene la suerte de penetrar en los hogares sin golpear la puerta hay que recordar que hay algo que se llama responsabilidad comunicativa. No me llamen antiguo». No puedo estar más de acuerdo: responsabilidad comunicativa, profesional, moral o como usted quiera llamarla, pero responsabilidad al fin y al cabo. Y eso es precisamente lo que no aparece por ninguna parte ya no en Telecinco y sus manejos, sino en la mayor parte de los profesionales que trabajan en esa cadena y que, con su silencio, avalan tácitamente la televisión más sucia jamás vista por estos pagos. A todo esto, quede claro que Pilar Rahola tiene al menos el mérito de haber protestado. Ahora cabe esperar que también lo hagan los demás personajes habituales de 'La Noria'.