El riesgo inmobiliario suma 176.000 millones

Los problemas específicos de la banca española siguen ahí. Al margen de la recapitalización que habrán de cumplir los cinco grandes -Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Popular- para cubrir las exigencias europeas, los quebraderos de cabeza del sector en el ámbito doméstico se llaman riesgo inmobiliario y estrechamiento del negocio. El Banco de España estima que, a 30 de junio pasado, las entidades españolas tenían concedidos a constructoras e inmobiliarias 176.000 millones de euros en créditos de dudoso cobro, apenas un 2,6% menos que un año antes.

A esta cifra se llega sumando a los impagados los inmuebles y el suelo entregados a cuenta de la deuda y aquellos otros activos bajo estricta vigilancia por existir serias sospechas de que los prestatarios no van a poder cumplir sus compromisos. Esa cuantía equivale al 52% de la exposición total del sector, lo que da idea de la magnitud del problema: de la financiación concedida al inmobiliario, un euro de cada dos se considera de riesgo.

El mensaje tranquilizador del Banco de España es que la cobertura de esa exposición se sitúa en el 33%. En el escenario más adverso de las pruebas de resistencia llevadas a cabo por la Autoridad Bancaria Europea, considerado altamente improbable, un 88% de las pérdidas hipotecarias de la cartera de promotores y adjudicados quedarían atendidas por las provisiones ya realizadas.

La crisis de la deuda soberana ha desestabilizado los mercados y debilitado el crecimiento. En este entorno de incertidumbre, el emisor advierte de que la morosidad no ha tocado techo -pese al incremento de los activos dudosos en un 24,9% en el último año- y sugiere que podrían darse incrementos adicionales.

Constata el informe que el crédito al sector privado en España registra un descenso del 2,8% respecto de junio de 2011. La caída se acentúa hasta el 7% en las concesiones a particulares para fines distintos de la compra de vivienda, y llega al 7,2% en las empresas de la construcción y el inmobiliario.