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Economia

Grecia revienta la estrategia de la Unión Europea para salvar al euro

La convocatoria de un referéndum sobre el segundo rescate reactiva la inestabilidad y desinfla el último gran pacto europeo

IÑAKI CASTRO
BRUSELAS.Actualizado:

Grecia volvió a meter ayer a la zona euro en lo más profundo de la interminable crisis de la deuda soberana. El anuncio de convocatoria de un referéndum del primer ministro heleno, Yorgos Papandreu, reventó toda la estrategia acordada la semana pasada por los 17 países de la moneda única. La perspectiva del plebiscito, que se celebraría en enero, hundió a las bolsas del continente ante el más que justificado temor a que los griegos digan 'no' a nuevos ajustes a cambio del dinero europeo. Las consecuencias de ese escenario son imprevisibles, pero podrían acabar con Atenas fuera del euro.

Europa despertó desconcertada tras el anuncio realizado en la noche del lunes por Papandreu. «Confiamos en los ciudadanos, creemos en su juicio y sus decisiones», proclamó el primer ministro socialista al plantear la celebración del referéndum. Aunque no fijó una fecha concreta, se barajan las primeras semanas de enero. Acorralado por meses de duras protestas en las calles, el líder del Pasok sorprendió con su decisión. Incluso su ministro de Economía, Evangelos Venizelos, no conocía sus planes.

Papandreu pretende dar la palabra a los griegos para que se pronuncien sobre el segundo rescate del país. Este programa incluye una condonación de la deuda del 50% pactada con los principales bancos tras una espinosa negociación en Bruselas. Además, los socios del euro aportarían otros 130.000 millones -el primer salvavidas ascendió a 110.000- para cubrir los gastos de la Administración helena hasta que pueda financiarse a precios razonables. Las contrapartidas todavía tienen que definirse, pero se da por seguro que Atenas deberá extremar la reducción del déficit y acelerar las privatizaciones.

Las bolsas saludaron el acuerdo comunitario con ascensos cercanos al 5%, porcentaje similar al que se dejaron ayer tras conocer los planes de Papandreu. El referéndum genera tanta incertidumbre que el líder socialista se encontró con un motín en sus propias filas. Miembros del Pasok y de la oposición remarcaron que la consulta se convertirá en una moneda al aire sobre la continuidad del país en la divisa única. «Si ganara el 'no', Grecia declararía la bancarrota inmediatamente. En ese caso, no veo al país en el euro», admitió ayer Christopher Pissarides, Premio Nobel de Economía en 2010.

Los mandatarios europeos intentaron mantener la calma, pero el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, reflejó la gravedad de la situación. Según explicó, no se puede descartar la quiebra helena con un 'no' en el referéndum.

Juncker lamentó especialmente que Papandreu tomara la decisión «sin consultar» a sus socios. Un desconcierto similar se transmitió desde otros países. En Alemania, el portavoz parlamentario de Finanzas de la CDU, Klaus-Peter Flosbach, tachó de «irritante» el paso del líder heleno. El ministro sueco de Exteriores fue más ácido. «Es díficil saber sobre qué va a ser el referéndum. ¿Queremos que nos salven o no? ¿Ésa va a ser la pregunta?», ironizó.

Angela Merkel y Nicolas Sarkozy optaron por un tono más contenido. Tras hablar por teléfono reiteraron su disposición a activar «lo más rápido posible» los acuerdos. El presidente francés admitió que «dar la palabra al pueblo es legítimo», pero recordó que sin reformas «la solidaridad de los países del euro» podría agotarse. Los líderes del eje-franco alemán convocaron para hoy una reunión urgente a la que asistirán Papandreu, responsables de la UE y la directora del FMI.