Fútbol-base y contravalores
Jerez Actualizado: GuardarEl deporte competición no es igual a deporte-educación en valores. El ejemplo más claro lo tenemos en el fútbol-base, en nuestra ciudad, y en otras. El fútbol-base, principalmente por la actitud irresponsable de muchos padres y madres, se ha convertido en una ‘escuela de contra-valores’. La jauría de padres y madres en torno a los terrenos de juego increpando a árbitros, e incluso a los niños que juegan de los equipos rivales de sus hijos nos retrata como sociedad egoísta y maleducada, que no respeta ni el orden de cola, y a la que faltan lecturas. Quien generaliza comete errores, pero por desgracia, son noticia por extraño que parezca los padres y madres que entienden el fútbol-base u otros deportes como vehículo educativo. Dense una vuelta un sábado por la mañana por los campos de fútbol-base de la ciudad y lo comprobarán. Ganar gusta a todos, pero cualquiera, y más desde pequeño, se hace más fuerte y mejor al aprender de las derrotas. Es más importante saber perder y levantarse que ganar. Es el ABC del deporte, pero tampoco esto lo aplican determinados monitores o entrenadores... Más o menos este puede ser el resumen de una conversación mantenida con uno de los personajes más importantes del deporte de la ciudad en los últimos 50 años: Manolo Oliva (leyenda viva del fútbol-sala de Jerez en la máxima competición, la División de Honor) y que ahora, perteniendo a la entidad Xerez C.D., se encarga de la parcela técnica de porteros del primer equipo y también de cantera. Tomamos el pulso al deporte de la ciudad, con una pradera hípica de 70.000 metros cuadrados, que más pronto que tarde y con sentido común será la futura ciudad deportiva del Xerez en pleno corazón de la ciudad, y donde cabrá el atletismo, la hípica para la base y el fútbol... Y sobre todo, allí en las gradas del pabellón de los Marianistas, viendo el trabajo académico que se está haciendo, tuvimos motivos para seguir confiando en el deporte como cuna de valores de cooperación, solidaridad e integración, porque el problema de querer tener a los 7 años a un Messi en casa no está en el niño, sino en la educación de los padres...