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ESPAÑA

Rajoy se compromete a cumplir con el déficit sin recortar en educación ni en sanidad

El programa de los populares copia la filosofía y la falta de concreción de las propuestas que llevaron a Aznar a la Moncloa

ANTONIO MONTILLA
SANTIAGO.Actualizado:

Mariano Rajoy recibió ayer el respaldo unánime del Comité Ejecutivo Nacional del PP al programa electoral con el que quiere ganar las elecciones generales del 20 de noviembre. El texto comparte tanto la filosofía como la falta de concreción del programa que llevó a José María Aznar a la Moncloa en 1996. Rajoy incluye en su oferta programática la intención de cumplir el compromiso de reducir el déficit público al 4,4% en 2012, aunque teme que al final del presente ejercicio supere el 7% cuando el objetivo es llegar al 6%. Lo que no explica el líder de los populares es cómo piensa realizar este ajuste sin recortar, otra de sus promesas más firmes, ni en sanidad ni en educación ni en servicios sociales.

Rajoy aspira a que los españoles le otorguen su apoyo masivo en las urnas con un compendio de 407 medidas de las que apenas se conocen cien, a la espera de que hoy se publique el programa íntegro. Se trata, como hizo Aznar en 1996, de mostrar el dibujo de la España del cambio avanzando las líneas generales de sus primeras actuaciones como presidente, aunque sin entrar en la letra pequeña. «El programa electoral no es un puñado de promesas a los ciudadanos, sino que un listado de tareas del Gobierno», dijo.

Rechazó, como insinúan desde el PSOE, que tenga un «programa oculto» y justificó la falta de detalle en que la coyuntura económica es imprevisible y en las incógnitas que se ciernen sobre la situación real de las cuentas del Estado debido a los «errores» en las previsiones de crecimiento del Ejecutivo socialista y que, a su juicio, han sido ya rebatidas por todos los organismos internacionales.

Tal vez por ello, Rajoy puso mucho énfasis en su intervención ante el cónclave popular reunido en Santiago de Compostela, en el que no admitió preguntas de los informadores aunque sí conversó un cuarto de hora con ellos de forma informal al terminar el acto, en destacar que el objetivo del PP es «garantizar» el Estado del bienestar más allá de las dudas que «se han sembrado en los últimos años» sobre la sostenibilidad de los actuales modelos educativos y sanitarios o sobre la viabilidad del sistema de pensiones.

Rajoy defendió una sanidad pública «de calidad, accesible en condiciones de igualdad a todos los españoles, eficiente y sostenible», al igual que una «mejorada educación obligatoria y gratuita hasta los 16 años». Lo que no incluyó en el programa del PP fue ningún tipo de memoria económica porque «huye de cualquier tipo de cuantificación», según explicaron fuentes de la dirección del partido. Esa tarea queda reservada para los primeros cien días de gobierno y los autores serán los ministros de Rajoy.

El candidato del PP hurgó en lo que considera uno de los principales pecados de Zapatero, sus constantes «rectificaciones», sobre todo en materia económica. Por ello enfatizó que ya «no es tiempo ni de anuncios ni de excusas». Un argumento que empleó para defender su programa electoral que huye del «márketing y de los artificios porque no buscamos titulares».

El segundo mensaje que lanzó a Rubalcaba, y que sin duda será uno de los ejes centrales en la campaña del PP, es que su formación no prometerá nada que no pueda cumplir frente a «otros (en referencia al PSOE) que hicieron lo contrario, que prometieron y que ahora prometen lo contrario de lo que hicieron».

El programa tampoco aborda con claridad los planes de Rajoy con respeto a derechos sociales aprobados durante los últimos ocho años. El líder del PP sí anunció que modificará la ley del aborto, pero no aclaró si devolverá la norma al 'status quo' anterior a las modificaciones incluidas por la exministra Bibiana Aído o si la podará más. Lo que sí ha trascendido es que el texto no incluye ni una sola referencia al matrimonio homosexual por lo que, a día de hoy, se desconoce por completo si Rajoy lo mantendrá o lo derogará.

«Parte del problema»

El candidato sí respondió en al menos dos ocasiones a los reproches lanzados por Rubalcaba, aunque sin nombrarlo. Concedió que «es verdad» que todos los problemas de España no se resolverán el 20 de noviembre con un «cambio político», pero advirtió de que «nada se puede resolver sin un cambio político»; es decir, si el PSOE permanece en el Gobierno. Recalcó que los socialistas no pueden ser la solución a los actuales problemas del país, en especial para la lacra de los cinco millones de desempleados, porque «han sido parte del problema».

Rajoy confesó que el próximo Ejecutivo afrontará la situación más complicada «a la que se va a enfrentar un gobierno en democracia». Por ello, demandó apoyo masivo en las urnas que le permita conformar una mayoría absoluta «porque España necesita un Gobierno fuerte y muy apoyado». Pero también se mostró conciliador para garantizar que no utilizará esa mayoría a modo de rodillo, sino que buscará complicidades con todos los partidos y los agentes sociales, aunque eso no significará «abstenerse de gobernar».