Tosantos

Un trauma, lo mío, el otro día en clase, oigan. Estamos traduciendo un texto para la ocasión y le explico a los chavales que «Halloween» viene de «All Hallow's Eve», que traducido resulta 'Noche de Todos los Santos' pero en cortito, o sea, les digo, igual que nosotros en vez de 'Todos los santos' decimos 'Tosantos'. Y los chavales, que tienen quince años, se me quedan todos mirando y diciendo '¿Lo qué decimos?'. Porque para ellos no existe la palabra ya: es Halloween, y santas pascuas.

Lo cual no tiene nada de particular, aunque a los fans de las castañas y los buñuelos los deje un tanto descolocados. Ya hemos contado por aquí que como nos gusta más un cachondeo que un pirulí, esta nueva invasión cultural era imparable, lo mismo que lo fue la del cine, la de la cocacola o la de las series de televisión. Y que tampoco es que nos vayamos a rasgar las vestiduras por un quítame allá este fantasma o este vampiro si nosotros, vale, no nos disfrazábamos hasta hace ocho o diez años pero mira que nos gusta o nos gustaba disfrazar a los cochinos y a los pavos en la plaza, que tampoco es que pueda decirse que sea una tradición muy religiosa.

A los chiquillos les gusta lo de Halloween. A los vendedores de máscaras u chuches también. Les gusta, sobre todo, a los pubs, que lo dejan todo perdido de telarañas blancas que no sé si se reciclan de un año para otro (y que, como ahora ya no se fuma dentro, imagino que se resuelve el peligro de que una de ellas salga ardiendo). Esto ya no hay quien lo pare, porque nuestra cultura se ha basado siempre en la mezcla y la asimilación. Lo cual no quiere decir, conste, que no sintiera yo el viernes una extraña melancolía por la palabra perdida, por la tradición trabucada.

En el fondo somos más papistas que el Papa. Si no quieres arroz, toma diez tazas. Tenemos el carnaval más largo del mundo, y ahora vamos a tener el Halloween más largo jamás visto. Porque, verán, Halloween, esa fiesta que en el fondo celebra el equinoccio de otoño, es esta noche. Y llevamos viendo brujas y fantasmas y camareros maquillados de Michael Jackson desde el viernes. Tampoco vayamos ahora a pasarnos.