Massa y Hamilton, dos egos en guerra

Sucedió en la vuelta 24 y no fue casualidad. Felipe Massa y Lewis Hamilton volvieron a percutir y a dañarse mutuamente. Una rivalidad inesperada ha surgido en las últimas carreras entre los dos contendientes que discutieron hasta la última curva (la del adelantamiento a Timo Glock) en el Mundial 2008. Dos egos en conflicto consigo mismo, que no viven su mejor campaña. Hamilton le ganó la posición por dentro a Massa al intentar adelantar y el brasileño, en una maniobra a la desesperada que a veces como ayer retrata su carácter de segundo, le tapó voluntariamente en una acción que pareció ilegal. Fue culpa de Massa a los ojos de cualquier observador neutral y también a los de los árbitros de la FIA, que lo sancionaron con un paso por la calle de garajes.

«Mi visión es que yo estaba delante, frené más tarde y seguía por delante de él, en la trazada. Entonces empecé a girar y no le vi a mi izquierda, ya que él estaba detrás. Tocó mi rueda trasera, así que no entiendo porque me han sancionado», explicó Massa. «No tengo nada que decir», comentó Hamilton, igualmente cabizbajo. «Me interesa más pedir perdón a mi equipo por una carrera tan pobre», admitió, desconocido.

Massa se retiró con el coche dañado y Hamilton, al menos, acabó séptimo, aunque descorazonado. Pero ambos se encuentran en horas bajas. Jenson Button ha arrinconado a Hamilton y se encamina hacia el subcampeonato después de un Mundial impecable, siempre sólido. Y Felipe Massa convive desde el segundo plano con Fernando Alonso en Ferrari. El español luce galones frente al brasileño por resultados y respaldo de la escudería, que construye el futuro en torno a él. En Ferrari dudan de si Massa es el piloto adecuado para diseñar un porvenir de éxitos.