La cita literaria cumple un año más con las expectativas
Las ausencias imprevistas de Jaime Siles y Luis Alberto de Cuenca marcan el único aspecto negativo del congreso
JEREZ.Actualizado:Son muchos meses de trabajo que se condensan en un intenso escaparate de tres días. El XIII Congreso de la Fundación Caballero Bonald echó ayer el cierre con la conferencia de Francisco Rico después de haber redescubierto los clásicos para muchos lectores. En cuanto a la asistencia, el número de inscritos se ha mantenido en alrededor de los 200, como viene siendo habitual.
«El congreso ha cumplido aquello que nosotros esperábamos y por lo que se eligió este tema: hacer una revisión de los clásicos, aunque muy rápida porque efectivamente no es posible abordar todos los autores en tres días», dijo el director gerente de la fundación, Fernando Domínguez.
Desde el miércoles «se ha hecho un repaso interesante y completo desde la literatura griega y latina pasando por el Siglo de Oro, la novela del XVIII y XIX y, también por casualidad, hemos entrado un poco en la literatura inglesa, en Shakespeare», contó Domínguez. Como saben todos los que se han acercado a La Atalaya, «hay ponencias que han gustado más que otras». Entre las primeras destaca la impartida por Rosa Navarro sobre 'El Lazarillo', que ha redescubierto a muchos el significado real de la obra con la sonrisa en los labios. «Su ejemplo ha sido impresionante y el público lo comenta con cariño y sorpresa», aseguró el responsable.
En el otro lado de la balanza se sitúan la ausencia -por motivos ajenos a su voluntad- de dos destacados ponentes previstos: Jaime Siles y Luis Alberto de Cuenca. Al margen de los especialistas, también se ha hecho notar la ausencia de la alcaldesa, María José García-Pelayo, en una cita de tal envergadura, aunque sí han asistido varios concejales de su corporación.
El titular de la Fundación Caballero Bonald también tuvo palabras de elogio a la actividad que terminó ayer. Insistió en la buena labor de «fomento de la lectura y de los clásicos, en concreto», que ha supuesto el congreso. «Hay que leerlos, hay que revisar desordenadamente el mundo de la literatura clásica y elegir el libro que a uno le guste más y si no, dejarlo y coger otro hasta dar con el que te enriquezca y te produzca satisfacción», aseguró el escritor jerezano. «Un libro es clásico cuando sirve de modelo a los lectores de generaciones posteriores», añadió.
Una vez terminada la edición actual, ahora toca pensar en el próximo congreso anual. El patronato de la fundación, que se reunirá en diciembre, será el encargado de elegir entre las propuestas de sus diferentes miembros.