Las primogénitas podrán reinar en Gran Bretaña
LONDRES.Actualizado:La igualdad de sexos se impondrá en la realeza británica por primera vez en trescientos años tras la aprobación ayer de un proyecto de reforma de la legislación referente a la sucesión al trono. La medida también contempla abolir la histórica discriminación religiosa que prohíbe al monarca y sus herederos casarse con un católico. El príncipe Guillermo o sus sucesores no podrán, sin embargo, profesar la fe de Roma al acceder a la corona.
El proyecto recibió luz verde en la reunión de jefes de Gobierno de la Commonwealth, que se celebra en la ciudad australiana de Perth bajo la presidencia de Isabel II. Aunque 54 países pertenecen a este club de influencia anglosajona, la reforma solo requiere el consentimiento de los dieciséis territorios soberanos que tienen a la reina como jefe de Estado.
La revisión de las normas de sucesión pretende corregir un anacronismo, pero corre el riesgo de incitar campañas para cortar los lazos constitucionales con Londres, ya sea en círculos republicanos de Australia o Canadá o en administraciones autonómicas con una agenda independentista como es el caso del Ejecutivo escocés. En cualquier caso, la primera ministra australiana, la laborista Julia Gillard, dio la bienvenida al cambio. «Este tipo de decisiones igualitarias nos parecen perogrulladas, pero por más que nos lo parezcan, no debemos subestimar su significancia histórica». Su homólogo neozelandés hizo lo propio, y la semana que viene establecerá un grupo de trabajo junto con otros países para estudiar cómo llevar a cabo la reforma.
«Esta reunión representa la oportunidad perfecta para tratar estos asuntos y encontrar respuestas a las crisis y desafíos del presente», aseguró la reina, que sucedió en el trono a su padre, el rey Jorge VI, porque no tuvo hijos varones.
El Gobierno británico liderará el proyecto legislativo con vistas a su aprobación antes de 2015. La paridad de sexos tiene menos urgencia en la órbita de la Commonwealth que en España, puesto que los herederos inmediatos de Isabel II, los príncipes Carlos y Guillermo, son hijos primogénitos respectivamente. La nueva norma tomará especial relevancia si el primer descendiente de los duques de Cambridge es una niña, quien tendrá prioridad en la línea de sucesión al trono sobre sus hermanos.