Acusa a su excompañero de violarla mientras dormía
Denuncia que el hombre con el que convivió 15 años cometía los abusos cuando ella tomaba una medicación que le provocaba somnolencia
MADRID.Actualizado:Una presunta víctima de malos tratos acusó ayer a su excompañero sentimental, con el que convivió 15 años y del que tiene un hijo y una hija, de haberla violado en varias ocasiones mientras estaba profundamente dormida por la medicación para el trastorno psiquiátrico que padece. Esta mujer enumeró las presuntas agresiones, humillaciones, insultos y relaciones sexuales no consentidas que sufrió entre 1991 y 2006, en la declaración que prestó en la primera sesión del juicio que se sigue en la Sección Primera de la Audiencia de Guipúzcoa por estos hechos.
Por el contrario, el procesado rechazó tajantemente las acusaciones ya que, según dijo, nunca forzó sexualmente a su compañera ni la golpeó o insultó, una versión que fue corroborada por el hijo mayor de la pareja durante la vista, en la que también declararon varios familiares de los implicados, así como la psiquiatra que atendía a la mujer y un psicólogo forense.
La acusación particular solicita ocho años de prisión para el procesado como presunto responsable de un delito continuado de agresiones sexuales, otro de amenazas y un tercero de violencia doméstica, mientras que el fiscal solo le acusa de un delito de violencia física y psíquica habitual, por el que reclama tres años de reclusión.
En su testimonio, la mujer recordó cómo las discusiones eran «frecuentes» en la pareja desde el primer momento de la convivencia, ya que se quedó embarazada y el hombre no quería tener al pequeño. Uno de los episodios más graves relatados por la perjudicada tuvo lugar en una discoteca a falta de un mes para dar a luz, cuando el hombre le dio dos puñetazos en la tripa después de que ella le recriminara que estuviera «vacilando a unas chavalas».
La perjudicada aseguró que en otra ocasión el imputado le propinó una brutal paliza e intentó tirarla por el balcón en presencia del hermano del encausado, si bien en un momento posterior del juicio este hombre negó haber sido testigo de tales «barbaridades».
Asimismo, dijo que aunque a veces mantenía relaciones consentidas con su compañero, otras el encausado la obligaba contra su voluntad y la forzaba a pesar de que ella se ponía a llorar.