«Es una hoja en blanco»
Jaimie Bell, 'tintinófilo' confeso desde los ocho años, sentía tanta responsabilidad que temía «arruinarlo todo»
MADRID.Actualizado:Jaimie Bell no calla. Lo explica todo con gran energía y aspavientos. Cuando se le pregunta por su experiencia con el mono lleno de sensores que se usa para la captura de movimiento, no duda en ponerse de pie e intentar convertirse en Tintín. Se queda a medias por culpa de esta tecnología, que lo ha transformado para la gran pantalla. En su adaptación a esta forma de rodar, contó con la ayuda de Andy Serkis. «Es el Gandalf (el mago bueno de 'El señor de los anillos') de esto», asegura entre risas. «Cuando estás con un maestro, no preguntas. Solo escuchas», añade.
Con él aprendió trucos para que su conversión en Tintín fuera más creíble. También puso de su parte. Volvió a leer los 23 cómics creados por Hergé, aunque pasó de mirar el incompleto 'Tintín y el Arte Alfa'. Su favorito es 'Tintín en el Tíbet'. «Le tengo tanto aprecio y respeto al universo de Tintín que solo pensaba en no arruinarlo, era mucha responsabilidad», confiesa.
Después de esta revisión intentó comprender al personaje: «Quería saber quién es, por qué no va al colegio, por qué su mejor amigo es un perro o por qué no tiene padres». Incluso se leyó los libros sobre Tintín de Michael Farr. Pero, al final, hizo un descubrimiento. «El secreto es no saber nada del mundo. Es una hoja en blanco en el que todos nos proyectamos», apunta. Y añade: «Tintín es quien es por su propia identidad. Sin superpoderes».