Aurora Egido fue presentada por Luis Enrique Ibáñez. :: J. C. C.
Sociedad

El germen de la autobiografía moderna en 'El libro de la vida'

La especialista Aurora Egido desgrana las claves de la original y precursora obra de Santa Teresa de Jesús

JEREZ. Actualizado: Guardar
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A lo largo de toda la historia, hay personas a los que se le consideran adelantadas a su tiempo. Santa Teresa de Jesús fue, en este sentido, la precursora de la autobiografía moderna con 'El libro de la vida'. Es la idea principal que mantiene la reconocida investigadora Aurora Egido, que desgranó ayer las claves de este singular clásico literario.

La catedrática de la Universidad de Zaragoza analizó al detalle las particularidades de la extensa obra, sus vaivenes y diferentes estilos. Su principal característica es la originalidad. «El libro de la vida' abrió el camino de la autobiografía moderna y fueron 'Las confesiones' de San Agustín las que le indicaron la pauta», señaló Egido durante su intervención que se prolongó durante más de un ahora.

«Siguió la tradición de la admiración a las maravillas creadas por Dios», continuó la profesora, que atesora en su currículum el Premio Nacional de Investigación Ramón Menéndez Pidal, concedido en 2009. En la obra anterior de San Agustín, Santa Teresa de Jesús encontró el modelo perfecto a seguir. Así, dedicó una parte de la obra al relato de su vida y otra parte a la oración. La religiosa intenta imprimirle a su obra «llaneza de estilo, variedad y predominio del sentimiento», contó Egido.

La investigadora puso especial atención a la admiración y el consiguiente uso masivo de las exclamaciones a lo largo de todo el texto, como expresión de ese asombro. «Santa Teresa se adelantó al impulso que tuvieron 'Las confesiones' agustinianas en la época». De hecho, ambas obras y autores tienen varios puntos coincidentes, como la impronta que dejaron en ellos las enfermedades corporales así como la temprana conciencia de la vida eterna. En sus respectivas narraciones, evocan además la figura de los progenitores: San Agustín con un retrato concienzudo de su madre y Teresa en el de ambos, como hizo notar la conferenciante.

Capítulo a capítulo, Aurora Egido fue destacando la proclama de humildad y pobreza, las razones de la escritura, la importancia de la oración, la dicotomía entre el camino ancho y el estrecho (entre el bien y el mal) o la simulitud de la familia de Teresa con la Trinidad. Por otra parte, en los capítulos dedicados a la oración predomina la tensión dramática hasta llegar al final, cuando el libro da «un giro abssoluto y se convierte en más humano», recalcó Eguido.