Turquía acepta la ayuda internacional para paliar los efectos del terremoto

Desbordada por los saqueos, la falta de medios y la mala gestión de la crisis tras el terremoto que ha causado ya más de 470 muertos en Turquía, Ankara asumió finalmente ayer que no puede hacer frente sola a la devastación del seísmo y aceptó la ayuda internacional que le han ofrecido una treintena de países, entre ellos Israel. El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan había rechazado hasta ahora la asistencia internacional y había incluso devuelto a varios grupos de voluntarios extranjeros a sus respectivos países.

Las cámaras de CNN Türk recogían ayer en directo cómo una muchedumbre asaltaba y saqueaba un camión cargado de ayuda humanitaria, principalmente mantas, ropa de abrigo y alfombras. Ante la magnitud del desastre, el primer ministro turco reconoció ayer que el Gobierno se equivocó en la respuesta que ofreció «en las primeras 24 horas del terremoto», pero también que el país no había aprendido de los errores del pasado. «Hemos visto que la gente ha pagado el precio de que el hormigón se convirtiera prácticamente en arena», dijo ayer Recep Tayyip Erdogan, quien apuntó directamente a ayuntamientos, constructores e inspectores y comparó su negligencia con un «asesinato».