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Enchufados y sin rival
Benzema adelantó muy pronto a un Real Madrid que liquidó al Villarreal, que entra en la zona de descenso, con los tantos de Kaká y Di María Los blancos sentenciaron el partido con tres goles en la primera media hora
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEste Real Madrid parece no tener techo. El equipo de Mourinho demostró ayer que se encuentra en un extraordinario momento de forma y superó sin piedad en el Santiago Bernabéu al Villarreal, un rival que muy poco se parece al de las últimas temporadas, al menos en este arranque liguero.
Tras la ajustada victoria del Barça en Los Cármenes ante el Granada (0-1) y después de conocer que el liderato no sería posible, ya que el sorprendente Levante venció sobre la bocina a la Real Sociedad (3-2), el Real Madrid saltaba con hambre al rectángulo de juego. Los 'merengues' se propusieron resolver la cita por la vía rápida y así fue.
Tan solo se habían cumplido cuatro minutos y Benzema, que ayer relevaba a Higuaín en la punta de lanza, superaba con una definición sublime a Diego López. Eso sí, el gol llegó dos minutos antes, pero Pérez Lasa anuló la efectividad de Sergio Ramos, que se encontraba en fuera de juego.
Pero no tardó demasiado el Real Madrid en hacer añicos los sueños del Villarreal. En el décimo minuto era Kaká, soberbio en este inicio de Liga, el que colocó el cuero lejos del alcance del meta visitante. No podían empezar mejor las cosas para unos y peor para otros.
Con el paso del tiempo no terminaba de mejorar el Villarreal y fue entonces cuando Di María sentenciaba la contienda. El argentino culminó una espectacular contra que había pasado por Kaká, Marcelo y Benzema, autor de una asistencia de auténtico lujo. Los madridistas se gustaban y el público estaba rendido a los pies del equipo de 'Mou'.
La segunda mitad comenzó más suave. De hecho, no existieron grandes ocasiones de peligro en el primer cuarto de hora tras el intermedio. Y fue entonces cuando Garrido se decidió a mover el banquillo en busca de nuevas soluciones. Camuñas entraba por De Guzmán y Mario sustituía a Rossi, que tenía problemas físicos. El jugador, a priori, más peligroso de los castellonenses dejaba el campo. No pintaba nada bien la papeleta para los de El Madrigal.
Cambio de estrellas
Mourinho movió ficha y colocó a Özil en lugar de Di María, eléctrico en la noche de ayer. El técnico portugués buscaba refrescar a sus jugadores de cara al encuentro del fin de semana ante la Real Sociedad en San Sebastián.
Posteriormente pareció Higuaín, inmenso en las últimas jornadas. El argentino pretendía anotar nuevos goles para hacer frente en la tabla de máximos goleadores a Cristiano Ronaldo (no demasiado fino ayer) y Leo Messi.
El siguiente en salir fue Xabi Alonso, también muy ovacionado por los seguidores madridistas. En su lugar entraba Coentrao, ansioso de minutos para agradar a su afición.
Fue en la recta final cuando el Real Madrid intentó apuntillar al Villarreal, ya inmerso en la peligrosa zona de descenso, son otro gol más. Curiosamente fue Arbeloa el que lo tuvo en su mano.
Mientras tanto, Iker Casillas solventaba sin problemas los tímidos acercamientos (solo un lanzamiento de Cani al final puso en serios aprietos al guardameta de la selección española) de un Villarreal que ya empieza a verle las orejas al lobo. No en vano, los amarillos ya solo tienen por debajo a Racing y Granada.
Una dinámica totalmente opuesta a la seguida por un Real Madrid en auténtico estado de gracia a estas alturas de la competición liguera.