Un vecino desmonta la versión de Carcaño y le sitúa con una silla de ruedas
El asesino confeso insinuó que Marta se fugó de casa porque estaba «harta» de la relación con su padre y de tener normas en casa
SEVILLA.Actualizado:Un testimonio sólido y sin titubeos pese a los continuos intentos de las defensas por desmontarlo. Así fue el testimonio presentado ayer en el juicio por el caso Marta del Castillo por un vecino de Miguel Carcaño, asesino confeso de la chica, que le vio de madrugada en el portal de su casa junto a una silla de ruedas. Su declaración corrobora la primera versión que los imputados dieron nada más ser detenidos, y en la que contaron que se deshicieron del cuerpo de la adolescente tirándolo al río Guadalquivir durante la madrugada.
Los testimonios que se pudieron escuchar durante la sexta sesión del juicio vinieron a corroborar que todas las sospechas apuntaban desde el primer momento a Miguel Carcaño. Los agentes del Grupo de Menores y de Homicidios, según contaron ayer, ya se extrañaron cuando les costó trabajo localizar al joven o a su hermano, Javier Delgado, algo poco habitual cuando la Policía busca testigos. «Casi imposible localizarles», aseveraron.
Pero sus sospechas se concretaron cuando hablaron con un vecino del inmueble. El vecino, que declaró oculto tras una mampara por petición propia, explicó que esa tarde vio a Carcaño en dos ocasiones. Una de ellas durante la tarde, entre las 19 y las 20 horas, cuando le saludó y comprobó que llevaba ropa clara.
Encuentro
La segunda ocasión fue ya por la noche. Cuando el vecino, Diego C., salía de casa en torno a las 1,30 horas junto a su novia -que también declaró ayer- se encontró a Miguel junto a un espejo situado enfrente de su vivienda. Llevaba una silla de ruedas que portaba un bulto y ropa más oscura que por la tarde. Y pudo precisar la hora porque la Policía comprobó la hora de emisión del programa de televisión que su madre veía a esa hora.
Las defensas trataron de resquebrajar esta versión. Este testimonio pone en entredicho la declaración de María García, novia del hermano de Miguel y acusada como éste de encubrimiento, que aseguró haber pasado toda la noche en la casa estudiando sola. El propio Miguel tampoco contribuyó a alejar las sospechas de él. Según los agentes, toda la pandilla de Marta la definía como una chica normal y sin problemas familiares o con los estudios. Sin embargo, en su primera comparecencia, Carcaño insinuó que se había fugado de casa porque estaba «harta» de la relación con su padre y de tener normas en casa.