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Partidarias del movimiento Ennahda, ganador de las elecciones, corean eslóganes frente a la sede del partido en la capital. :: Z. SOUISSI / REUTERS
MUNDO

Los islamistas negocian una coalición para gobernar Túnez

Ennahda descarta formar un Ejecutivo monocolor, a pesar de que el recuento parcial de votos le da una mayoría suficiente

PAULA ROSAS
EL CAIRO.Actualizado:

Con la victoria islamista sobre la mesa, ha llegado el momento de las negociaciones. El partido triunfador de las primeras elecciones democráticas de Túnez, el islamista moderado Ennahda, inició ayer una ronda de contactos con el resto de fuerzas seculares para formar un Gobierno de unidad. Por ahora, tanto el Congreso por la República, que ha quedado segundo en el recuento de votos, como el izquierdista Ettakatol han confirmado que mantienen conversaciones con los islamistas para crear una coalición gubernamental.

El recuento de los votos está siendo muy lento y ayer los únicos resultados oficiales que se anunciaron eran parciales. Al cierre de esta edición, la comisión electoral había informado de que Ennahda se habría hecho con 41 escaños de los 94 que estaban en juego en 12 circunscripciones (de un total de 27). En algunas de ellas, el porcentaje de votos para los islamistas en estos comicios, de los que saldrá una Asamblea Constituyente y un Gobierno interino, ha superado el 50%.

Con estos porcentajes, es muy probable que el partido dirigido por el veterano Rachid Ganuchi pudiera gobernar en solitario, pero desde la formación aseguraban ayer que su intención es crear una coalición con otros partidos seculares. «No queremos monopolizar el poder», aseguraba ayer a Bloomberg uno de los miembros del comité ejecutivo de Ennahda, Ali Aridhi, quien señaló que la formación se decanta por «una coalición o un gobierno de unidad nacional».

Comicios 'transparentes'

Los contactos del grupo con el resto de fuerzas comenzaron el lunes, convencidos los islamistas de su victoria. Los comicios han sido tan transparentes que los interventores han podido hacer sus propios recuentos y anunciar resultados preliminares desde el día siguiente a la votación.

Sin embargo, y a pesar de las alabanzas de los observadores internacionales -entre ellos la UE- por la limpieza del sufragio, unas 400 personas denunciaron ayer fraude electoral en una protesta frente a la sede de la comisión electoral en la capital. Los manifestantes aseguraron que Ennahda habría comprado votos, aunque no aportaron ninguna prueba de ello.

Uno de sus principales rivales, el Partido Progresista Democrático (PDP), intentó durante la campaña capitalizar ese miedo a los islamistas de la sociedad tunecina más laica, pero ayer tuvo que reconocer su derrota. El PDP rechazó desde el comienzo una posible negociación con Ennahda si llegara el momento y, por ahora, no parece haber cambiado de opinión.

El Congreso por la República (CPR) de Moncef Marzuki que, como Gannuchi, pasó muchos años exiliado en Francia, habría sido la segunda fuerza más votada, según el recuento parcial hecho público ayer. El propio Marzuki reconoció en una entrevista con Reuters la existencia de contactos con Ennahda y se mostró a favor de una coalición. «Nos gustaría tener un Gobierno nacional lo más amplio posible con todos los partidos», señaló.

Los izquierdistas de Ettakatol, liderados por Mustafa Ben Jaafar, habrían quedado terceros y también se mostraron dispuestos a negociar. «Está claro que los grande partidos en la Asamblea Constituyente deben dialogar para ayudar a que este país avance», dijo a Al-Jazeera Fuad Bali, de la ejecutiva de Ettakatol.