Liderazgo de talla S

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Los mandatarios europeos, ante la sensación catastrófica de la crisis, están dando la medida de sus liderazgos. Estos días las crónicas del continente empiezan a parecer relatos tabernarios. Nicolas Sarkozy ha mandado callar al premier británico con un desplante grosero. Berlusconi se ha revuelto contra Merkel (a la que alguna vez llamó «infollable culo grasiento») y Sarkozy proclamando «a mí nadie puede darme lecciones». Uno de los ministros clave de Merkel ha filtrado que es «el único europeísta del Gobierno». Los finlandeses, daneses y casi todo el arco septentrional han rescatado la retórica de los ‘Pigs’ contra el lastre de los países del Mediterráneo. El Reino Unido apenas logra frenar, y solo de momento, la rebelión de quienes proponen abandonar. También checos, suecos y polacos dan batalla contra el Tratado de Lisboa. Así que mientras Paul Krugman y otros gurús concluyen que el sistema euro está condenado, esta es la talla que dan sus líderes. Como escribe el Nobel de Economía en ‘The New York Times’, «las Personas Muy Serias de Europa –que son, si ello es posible, aún más pomposas y engreídas que sus homólogas estadounidenses– no dejan de parecer cada vez más ridículas». Esta era la hora de los liderazgos, y han suspendido.

La crisis está despedazando una Europa sin líderes. Así que esta crisis económica es también profundamente política. Y esa sí es responsabilidad solo suya. No se puede esperar en cada generación europea alteregos de Adenauer, Schumann y De Gasperi, pero tampoco que cada día evoquen más la parodia de Cantinflas en ‘Su Excelencia’ haciendo discursos sobre reinventar y refundar blablablás que ya no engañan a nadie. Su liderazgo es una burbuja pinchada.

De XL a talla S. La gestión de Sarkozy tiene un setenta por ciento de contestación; las encuestas de Cameron han desatado las alarmas; Merkel pierde lander tras lander; Berlusconi es cadáver tras el voto de confianza, y Zapatero se apresta a dejar el legado de la mayor derrota histórica de su partido, cediendo los trastos a un político gris que solo ha trabajado destructivamente a la contra. En definitiva, si el liderazgo es la capacidad de elevar la altura de miras colectiva –una idea que lo mismo defiende Steve Jobs que el politólogo Peter Drucker– aquí cada vez hay más bajura de miras. David Hamilton, director de relaciones transatlánticas en la Universidad John Hopkins, ha pilotado un libro de política-ficción sobre los escenarios de 2020 pronosticando el hundimiento del euro desde 2013 mientras Europa vuelve a ser solo un concepto geográfico una vez desarbolado el sueño político de la Unión como gran actor global. Ya nadie puede estar completamente seguro de que solo sea un libro de política ficción.