Zapatero brinda a Urkullu el papel de interlocutor principal para el fin de ETA
El líder del PNV se tendrá que contentar, aun así, con una foto tras la negativa del Ejecutivo a dar pasos con los presos antes del 20-N
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero prepara una reunión casi protocolaria con Iñigo Urkullu. Algo así como un agradecimiento por los servicios prestados. El jefe del Ejecutivo hará oídos sordos, según insisten fuentes gubernamentales, a su petición para que flexibilice ya la política penitenciaria que se aplica a los presos de ETA en respuesta al anuncio del cese definitivo de la violencia. Pero está dispuesto a compensar a quien le ha salvado más de una votación parlamentaria en esta agónica legislatura con una fotografía que, sin duda, le concede una posición preponderante sobre el lehendakari Patxi López.
En la Moncloa aseguran que el encuentro entre el líder del PNV y Zapatero estaba prevista desde hacía ya tiempo y que ha sido ahora cuando ha sido posible cuadrar las agendas. Eso pese a que esta semana no es fácil para el presidente del Gobierno que vive pendiente de los resultados de la cumbre de la UE, en la que participará hoy mismo, para dar una respuesta a la crisis del euro.
El objetivo primigenio y oficial del encuentro era el de poner en valor la buena relación y el comportamiento responsable de los nacionalistas vascos en una coyuntura desfavorable para el país y para el Ejecutivo. El presidente del Euzkadi Buru Batzar ha mantenido otras reuniones con Zapatero en el último año, pero nunca antes quiso darles publicidad inmediata. Ahora es distinto. Urkullu se convertirá en el primer dirigente vasco en visitar la Moncloa para hablar del nuevo tiempo que se abre en el País Vasco tras el histórico anuncio de la banda y eso le beneficia de cara a su electorado.
El jefe del Ejecutivo tiene intención de reconocer, además, el papel desempeñado por los nacionalistas vascos en el fin de la violencia de ETA. Ahora bien, eso será todo lo que, en principio, Urkullu se llevará bajo el brazo. El Ejecutivo insiste en que debe ser el próximo Gobierno el que decida cuáles son los pasos que se pueden dar ahora desde el Estado de Derecho después del comunicado de la organización criminal.
El líder del PNV querría que se derogara la ley de partidos impulsada por PP y PSOE en el marco del pacto de Estado por las libertades y contra el terrorismo tras la ruptura de la tregua de 1998. Y además defiende que no hay por qué esperar a que pasen las elecciones generales para levantar las medidas excepcionales impuestas a los reclusos etarras.
Los socialistas, sin embargo, se mantienen firmes en su idea de que ahora no es momento para hablar de eso. «No es bueno poner la política antiterrorista en campaña electoral», subrayó ayer el exministro del Interior y candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una entrevista en Rac1.
Sintonía
Su sintonía es, en este terreno, mayor con el PP que con el PNV. Casi en paralelo con la reunión entre Zapatero y Urkullu, Patxi López recibirá en Lehendakaritza al líder del PP vasco, Antonio Basagoiti. Y el mensaje del dirigente conservador será también el de que no hay que tener ninguna prisa para tomar decisiones nuevas respecto a ETA sino que, al contrario, cabe mantener las exigencias democráticas hacia quienes hasta hace dos días empuñaban las armas para defender sus ideas.
En principio, Zapatero -que hace tiempo que se siente de salida y ha decidido limitar su papel político a la vigilancia de la prima de riesgo y al seguimiento de la economía y de la crisis del euro- no tiene previsto celebrar ningún otro encuentro con dirigentes políticos para abordar el escenario surgido del adiós de ETA a la actividad armada. Ni siquiera con Mariano Rajoy con el que, según fuentes socialistas, últimamente habla con cierta frecuencia.
López, en cambio, seguirá la ronda que comenzó el lunes con Urkullu. Al PP le seguirán el resto de formaciones con representación institucional, entre ellas Bildu.