Día de Euskadi o el día de la división
El final de la violencia etarra no consigue que las fuerzas vascas celebren juntas el aniversario del Estatuto de Gernika
MADRID.Actualizado:El País Vasco era, con Cataluña, la única comunidad que no festejaba la aprobación de su estatuto de autonomía. Este año lo hizo por primera vez, pero fue un espejismo. No fue el Día de Euskadi, como aprobó el Parlamento vasco hace dos años. Fue el día de la desunión. Solo los representantes del PSE, PP y UPyD acudieron a la recepción oficial que ofreció el lehendakari en el palacio de Ajuria Enea; el PNV organizó su acto particular en la Casa de Juntas de Gernika; y Bildu decidió que de fiesta nada, y los cargos institucionales de la coalición acudieron a trabajar.
En la génesis estaba la división. La festividad oficial fue aprobada en la cámara de Vitoria con los votos de socialistas, populares y UPyD, y contó con el rechazo de los nacionalistas con el argumento de que no había nada que celebrar porque el estatuto no se ha cumplido. En el fondo subyacía la visión del PNV de la autonomía como estación de tránsito hacia la independencia. Para qué hablar de la izquierda abertzale, para la que la vía estatutaria es, sin más, un fraude.
Esta división histórica volvió a aflorar con toda su crudeza en un día que tenía que ser festivo, unitario y conmemorativo. Y como era de prever, y más en fechas electorales, cada uno fue a colocar su mensaje. Patxi López centró su intervención ante los invitados a Ajuria Enea a poner en valor la contribución del modelo autonómico para el final de la violencia de ETA. «La derrota del terrorismo es la victoria de nuestro autogobierno», afirmó. La mejor prueba de ello es que, mientras la organización terrorista «se va», las instituciones vascas surgidas al abrigo del Estatuto de Gernika se quedan.
Nuevo estatus para 2015
El líder del PNV, Iñigo Urkullu, aprovechó para anunciar que su partido promoverá un acuerdo constituyente para que sea sancionado por las Cortes Generales en 2015. No dio muchos detalles en su alocución ante el simbólico árbol de Gernika y en compañía de la plana mayor del nacionalismo. Señaló que, una vez lograda «la desaparición definitiva de la violencia», se trata de «conseguir un nuevo estatus político para Euskadi» en relación a España y Francia. Euskadi, dijo el presidente del PNV, quiere «el reconocimiento de su realidad nacional» para «tener voz en el mundo» y «decidir en libertad su futuro». Un discurso que sonó a plan Ibarretxe reformulado.
La izquierda abertzale aglutinada en Bildu, y que será Amaiur en las elecciones generales, no celebró ningún acto, pero sus responsables ofrecieron una conferencia de prensa para descalificar el Día de Euskadi porque nace del «Parlamento de Vascongadas», además de «no recoger las aspiraciones de la ciudadanía vasca», en palabras de la portavoz Maribi Ugarteburu.
Tampoco dejaron pasar la oportunidad de sumarse a la petición del PNV de elecciones anticipadas en Euskadi, sin esperar a 2013. Las instituciones, dijo la portavoz, debe representar «la voluntad popular» y esa premisa no se cumple porque en el Parlamento vasco falta la izquierda abertzale, impedida de presentarse en las elecciones autonómicas de 2009 por estar ilegalizada. Otra consecuencia de esa ausencia, agregó, es que el Gobierno de Patxi López es un ejecutivo «trampeado» porque la historia hubiera sido otra con su presencia en la cámara de Vitoria ya que el nacionalismo habría sido mayoritario y la suma de PSE y PP, minoritaria.
Uno de los pocos felices ayer debió ser el exlehendakari Carlos Garaikoetexea que recibió la Cruz del Árbol de Gernika, la máxima condecoración del Gobierno vasco.