Avances frente a la crisis
Alemania está imponiendo un necesario ejercicio de realismo en la economía
Actualizado:Poco a poco van encajando en la cumbre de Bruselas las piezas del rompecabezas europeo, tras un incomprensible retraso en advertir que la crisis de las deudas soberanas ha afectado también a la solvencia de las instituciones financieras en las que aquellas estaban depositadas. Finalmente, Alemania, que ha llamado al orden a Italia en esta cumbre, está imponiendo un necesario ejercicio de realismo que no se cerrará hasta el próximo miércoles, cuando se reúne de nuevo el Consejo Europeo. Es probable que el acuerdo de recapitalización, que obligará a los bancos a disponer de hasta el 9% de activos de calidad y que requerirá la introducción de unos 100.000 millones de euro en los circuitos financieros, se conjugue con una quita griega del 50 o 60% y con una reconsideración del valor del mercado de las deudas soberanas problemáticas, que en el caso español estaría en torno al 2%. En el mismo orden de ideas, hay acuerdo de principio para el reforzamiento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), que no requerirá nuevas garantías ni podrá ser utilizado como quería Francia para el saneamiento de entidades al margen de los rescates en vigor. Sin embargo, sí se pretende que el FEEF, dotado con una capacidad de intervención de 440.000 millones de euros, sirva, una vez reforzado, como cortafuegos para evitar el contagio de la crisis de la deuda a economías más grandes, como Italia y España. Sin embargo, en contra de las tesis de Sarkozy, Berlín quiere evitar un uso demasiado fácil de este fondo porque cree que desincentivaría a los países de la obligación de poner en orden sus finanzas. Hay que confiar en que la frenética actividad de la trastienda comunitaria consiga reequilibrar los desequilibrios actuales y recuperar la confianza de los mercados, paso previo a la puesta en marcha de los inaplazables incentivos fiscales que han de sacarnos de la crisis. Sin embargo, es cada día más evidente que no se puede perder ni un minuto en la puesta en marcha de una gobernanza integradora que unifique las soberanías nacionales, armonice las economías y permita un mutualismo solidario que haga del Eurogrupo un todo funcionalmente parecido a una federación.