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Un terremoto sacude el este de Turquía
El seísmo se cobra al menos 85 vidas en la provincia de Van, al sureste del país, pero los expertos calculan que el número de víctimas mortales puede ascender a mil
EL CAIRO. Actualizado: GuardarLa tierra volvió a rugir ayer en Turquía, donde un terremoto de magnitud 7,2 sacudió la región de Van, al sureste del país. El seísmo derrumbó decenas de edificios y sembró el pánico entre una población acostumbrada a sentir la fuerza de la naturaleza bajo sus pies. Un recuento inicial cifraba los muertos en 85, aunque los expertos esperan que el número ascienda hasta los 500 o incluso el millar, debido a la poca profundidad del epicentro del temblor y a la pobreza de los materiales de construcción en esta región, donde la difícil orografía presentaba grandes complicaciones para los equipos de emergencias.
La televisión turca mostró ayer imágenes de edificios colapsados, algunos de gran envergadura, y vehículos aplastados bajo cascotes y amasijos de hierro en las ciudades de Van, de medio millón de habitantes y Ercis, de 75.000, que se encuentra entre las más afectadas por el fenómeno. A los equipos de rescate se unieron cientos de ciudadanos que se lanzaron a desescombrar con sus propias manos y con rudimentarias herramientas en busca de supervivientes. «Oímos gritos y quejidos debajo de los escombros, estamos esperando a que lleguen los equipos de emergencia», señaló, desde el centro de Van, un joven a la agencia Reuters.
El aeropuerto de esa ciudad resultó dañado por el seísmo, por lo que los vuelos que trasladaban material y personal de emergencia tuvieron que ser desviados a localidades cercanas. La región presenta también una orografía complicada, por lo que los servicios de rescate estaban teniendo grandes dificultades para llegar a muchas de los pueblos y aldeas afectados por el movimiento telúrico.
«Necesitamos urgentemente tiendas de campaña y equipos de rescate. No tenemos ambulancias y solo tenemos un hospital. Hay muchos muertos y heridos». La llamada desesperada de Zulkufal Arapoglu, alcalde de la localidad de Ercis, resumía bien la situación. Según la Media Luna Roja turca, unos 25 edificios, entre ellos algún hotel y una residencia de estudiantes, se habrían derrumbado en Ercis.
Zona fronteriza con Irán
El seísmo se produjo poco antes de la una del mediodía, hora local, en esa zona fronteriza con Irán. El epicentro, que se situó en la ciudad de Tabanli, tuvo lugar a tan solo 5 kilómetros de profundidad, lo que multiplicó los efectos destructivos de un terremoto que pudo sentirse en Armenia, Irán e incluso Israel. El Gobierno de Ankara informó de que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan se dirigía a la región afectada, a la que se habían enviado 500 efectivos de emergencia, así como dos aviones militares con mantas, tiendas de campaña y comida.
Los equipos de rescate, mientras tanto, seguían sacando víctimas mortales y heridos de entre los escombros. El recuento es aún provisional y, según la televisión turca TRT, al menos 59 personas murieron y 150 fueron heridas en Ercis, al tiempo que otras 25 perdieron la vida en Van y un niño falleció en la región vecina de Bitlis. Sin embargo, los científicos del Centro Sismológico Kandilli, de la Universidad del Bósforo de Estambul, temían que esta cifra alcanzara incluso el millar de muertos. El seísmo se sintió con una intensidad de «entre 8 y 9 grados» de magnitud en la escala de Richter, ya que se produjo a muy poca profundidad, dijo Mustafa Erdik, director del centro, quien calculaba que el movimiento de tierra podría haber dañado hasta mil edificios.
La OTAN, varios países europeos, entre ellos España, e incluso Israel, con quien Ankara mantiene tensas relaciones desde el incidente de la Flotilla de la Libertad, ofrecieron ayuda técnica a Turquía. La península de Anatolia es una de las regiones sísmicas más activas del planeta. El país ha sufrido en su historia reciente varios terremotos, siendo 1999 un año especialmente desastroso, con dos seísmos en el noroeste del país que dejaron más de 20.000 muertos.