Un monolito para salvar vidas
La escultura, que motivará a la donación, se levantará junto al hospital; El presidente de honor de la hermandad de donantes de sangre en Jerez, Carlos Fernández, es el promotor de la iniciativa
Jerez Actualizado:Cuando por un gesto sencillo se puede salvar una vida, todo agradecimiento es poco. Es lo que ha pensado Carlos Fernández Villegas, presidente de honor de la hermandad de donantes de sangre de Jerez, que está invirtiendo todo su esfuerzo en rendir homenaje a los que ponen su sangre al servicio de los que la necesitan y en animar para que cada vez sean más los que formen parte de esta gran familia solidaria. Para ello, hace años que persigue un sueño: levantar una escultura junto al hospital de Jerez que agradezca la solidaridad y motive a donar.
«Mi ilusión siempre ha sido motivar al ser humano para que done lo que le sobra. Esta idea surge porque siempre me ha dado coraje que la ciudad no tenga un monumento al donante, un monumento de gratitud hacia los donantes de los cinco continentes», dijo el promotor de la idea. Ni corto ni perezoso, no cejó en su empeño hasta que consiguió en el año 2005 que el Ayuntamiento de Jerez cediera a la hermandad que entonces presidía la glorieta de acceso al complejo hospitalario, de 26 metros de diámetro, para que se denominase Rotonda Salvavidas o Rotonda Da vida.
El diseño de la escultura que se levantará en este espacio también es suyo y ya ha contactado con varios artistas de la ciudad para que lo ejecuten, como Pilar Palomino o Nuria Guerra. La figura será un brazo desde el codo hasta la mano, con los dedos mirando hacia arriba como símbolo de los cinco continentes. Un rasgo clave de la futura escultura, que será construida en bronce resistente a las inclemencias del tiempo, es que las venas deben ir muy marcadas «para impactar», apunta Fernández. La figura irá sobre un pedestal y el conjunto tendrá en total diez metros de altura y será visible a cinco kilómetros de distancia. El enclave elegido, además, tiene la particularidad de que queda por debajo de la antigua circunvalación y los que circulen por ella verán en primer plano la escultura.
El diseño, que irá iluminado, se completa con mármol blanco de Macael con vetas rojas para el pedestal de forma pentagonal y con el símbolo de la hermandad de donantes de sangre de Jerez: una cruz y una gota. En la decoración vegetal predominarán plantas como el romero, los claveles rojos y blancos y las margaritas. El objetivo es sensibilizar a los donantes potenciales y recordar que siempre es necesario este gesto.
Los recursos
«Queremos que la gente done lo que pueda para completar los alrededor de 20.000 euros que supondría la escultura», pide Fernández dirigiéndose a instituciones de diversa índole, empresas, entidades financieras y particulares que quieran colaborar con la causa. Consciente de que la coyuntura económica no es la mejor para emprender iniciativas como ésta, el presidente honorífico está convencido de que «el que es humano, lo es en todo momento». Apunta, además, que «si no lo consigo no duermo». Para recibir las aportaciones voluntarias de los jerezanos, ha abierto una cuenta bancaria en Cajasol.
Aunque aún queda mucho por recorrer para ver la escultura en su rotonda, Fernández ya está pensando en el día de la inauguración: «Ojalá pudiera venir el Rey o los Príncipes», desea.