El árbitro y Lombán rompen la igualdad
El colegiado anuló un gol legal de Tato justo antes de que el Elche aprovechara un error individual del defensa; El Xerez Deportivo no tuvo la fluidez de otros partidos en el centro del campo, pero no fue inferior al conjunto ilicitano
Actualizado:Gran parte de los partidos se deciden por detalles, pequeñas acciones que rompen la igualdad que normalmente existe en Segunda División. Lo que ocurrió ayer en el Martínez Valero es un claro ejemplo. Se medían dos conjuntos muy parejos, casi igualados en la tabla de la clasificación y ambos con ambiciosas aspiraciones de cara al objetivo final de la temporada. Fútbol no hubo mucho, ocasiones de gol tampoco y solo un tanto subió al marcador. Pero sí que existió polémica, pues los xerecistas se marcharon muy enfadados del terreno de juego ilicitano. Y es que el trencilla Sureda Cuenca y el central David Lombán fueron protagonistas de los pequeños detalles que ayer decantaron la balanza.
Se esperaba un partido abierto, con dos equipos ofensivos, que buscan constantemente la portería contraria y que no rifan el balón, pero los primeros 35 minutos del encuentro estuvieron marcados por la presión. Dos bloques muy compactos chocaban una y otra vez en la zona ancha del Martínez Valero. Y es que tanto Xerez como Elche adelantaban sus líneas y trataban de apretar en la salida del balón del rival, con lo que el partido se trataba de jugar en 20 o 30 metros. Sin espacios, sin metros para tocar la bola, se imponía la imprecisión y una llegada al área rival era una examen cargado de obstáculos casi imposible de superar.
De hecho, durante más de media hora solo hubo desgaste sobre el prado del Martínez Valero.
Los azulinos no tenían ni llegadas ni ocasiones. Sobre la espalda de Capi recaía toda la responsabilidad de crear juego, pues el de Camas era el único que daba salida al balón del Deportivo y tenía algo de chispa e imaginación en campo rival. A su lado estaba Miguel Ángel Cordero, que fue el elegido por Juan Merino para cubrir la baja por lesión de José Rueda, y lo cierto es que durante esos minutos se echó tremendamente de menos al de Andújar, pues el trivote, una máquina engrasada hasta la fecha, no funcionó ni mucho menos bien con la entrada de Cordero. El de Lebrija no se asocia con Capi con la fluidez y la constancia que lo hace Rueda y eso le cambia la cara radicalmente a un Xerez que pasa a ser un equipo mucho más previsible y con menor movilidad.
En la delantera pasó tres cuartos de lo mismo. Quizás es injusto juzgar a Tato por el partido en Elche, quizás es injusto compararlo con José Mari, pero lo cierto es que en el primer tiempo también se echó de menos al máximo goleador azulino. Tato es diferente a José Mari, pero el Xerez jugó igual, buscó muchas veces a su punta de forma directa y Tato no tiene la fortaleza del sevillano a la hora de ganar la posición. Es más, trató de ser agresivo y lo único que logró fue una cartulina amarilla.
Pese a todo, el Deportivo se debió poner por delante en el marcador al filo del 35' de partido, pues Tato aprovechó un buen pase de Capi para regatear al portero y mandar el esférico al fondo de la portería que defendía Juan Carlos. Pero en mitad de la celebración vio como el línea tenía levantado el banderín y Sureda Cuenca no le daba validez al tanto xerecista.
Y de lo que pudo ser el 0-1 se pasó al gol del Elche, un tanto que nació de la temeridad de Lombán. El central azulino viene estando flojito en los últimos encuentros, pero no había cometido un error tan gordo como el de ayer. Arriesgó saliendo desde atrás conduciendo el balón y que acabó en las botas de Ángel. El delantero del Elche no desaprovechó el regaló y superó en el mano a mano a Toni Doblas.
Al descanso el Xerez llegaba con un gol en contra y con medio equipo amonestado con cartulina amarilla. Pese a todo iniciaba el segundo tiempo bien, con un libre directo de Pablo Redondo que estuvo muy cerca de acabar en el fondo de la portería del Elche, pero una magnífica mano de Juan Carlos abajo evitó el tanto del empate. La réplica de los ilicitanos llegó en la jugada siguiente, pero a Kike Mateo le faltó algo de puntería y disparó al lateral de la red.
Superado el primer cuarto de hora de la segunda parte llegó la lesión de Bruno, que se marchó con un fortísimo golpe en la nariz y Juan Merino recuperó el 4-4-2 para meter a Íñigo Vélez y buscar el gol del empate. El cambio de dibujo no varió demasiado la forma de jugar del Xerez, pero lo cierto es que a Tato sí se le vio más cómodo de segunda punta. Él fue el que tuvo la mejor oportunidad para lograr el empate a pase de Capi -que seguía siendo el único que se atrevía con el último pase-, pero el disparo acabó en el lateral de la red. El cupo de pequeños detalles ya se había agotado. El marcador no se movió y el Xerez tuvo que regresar a Jerez con una derrota y un amargo sabor arbitral.