¿Reciclaría pañales sucios para ayudar al planeta?
La carrera para dar con combustibles más ecológicos enloquece: del diesel de algas al biogás de pañales
MADRIDActualizado:Algas, planta de jatropha, grasas animales, glicerina, naranjas, aceite de flores… Todo parece valer para producir combustibles ecológicos. Y ahora le toca el turno a los pañales de bebés usados.
Raro es el día que la actualidad no sorprende con la última investigación de un grupo de científicos que ha dado con un nuevo producto que se transformará como por arte de magia en “el combustible del futuro”. La empresa Bionorte, en Asturias, explota las posibilidades de los fondos marinos. Repsol invierte en investigar las posibilidades a gran escala del arbusto de jatropha como solución de futuro. E Iberia dio riendas a la imaginación de todos los románticos verdes al flotar su primer vuelo alimentado con fluel y esencia de camelia.
Pero las novedades para dar con combustibles ecológicos y sostenibles no terminan aquí. En Francia se atreven con el más difícil todavía en la loca carrera por dar con un material sostenible. Una compañía investiga para obtener biogás obtenido a partir de pañales usados reciclados. Parece una broma y lo sería si tal investigación no contase con 340.000 euros de inversión, casi la mitad subvencionada por la Agencia del Medio Ambiente y el Control de la Energía (ADEME).
Los científicos empleados en esta extraña investigación pertenecen a la compañía Suez Environnement, que ha difundido un comunicado con su proyecto, que han bautizado como ‘Happy Nappy’, con el que desarrollan un programa piloto para el citado reciclaje de pañales.
Toneladas de potencial
El punto de partida es muy claro: “Un bebé necesita una media de 6.000 pañales durante sus dos primeros años y estos residuos no se reciclan”. ¿Qué se les ha ocurrido hacer con ellos? El programa de investigación consiste, en primer lugar, en probar un sistema piloto que separa y aísla los distintos componentes del pañal. Y en segundo término, en evaluar el potencial del reciclaje energético y material de los elementos que componen este material.
Para ello triturarán primero los pañales para aislar los distintos materiales que lo componen. Lo tienen divididos ya en porcentajes: plásticos y polímeros 25% de media, de 10% a 20% de fibras y residuos orgánicos entre 50 y 70%. Lo que se pretende hacer con estos residuos una vez separados y reciclados será, según un comunicado elaborado por el equipo de investigación, producción energética gracias al biogás resultante de las defecaciones y la orina, producción de abono compuesto y productos con el plástico reciclado.
¿Increíble? El asunto tiene nombre científico: “codigestión”. Y se repite de forma parecida en el barro resultante de las aguas utilizadas en las estaciones de depuración de una región francesa (Layonnaise del Eaux). “La codigestión proporcionará biogás”, dicen.
Aunque el proyecto se encuentra en su fase inicial, los equipos del Centro de Investigación y Desarrollo de Suez Environnement ya han probado el proceso de separación de los pañales y la calidad de los materiales producidos, así como la del biogás. El director de la compañía ha declarado que los resultados positivos del programa les permite considerar ya la posibilidad de crear una planta de reciclaje.
Ahora bien, ¿quién reciclaría en casa pañales usados? A no ser que ser recojan en puntos tan concretos como, por ejemplo, centros médicos y guarderías, el almacenamiento individual en casas se antoja algo complicado, cuanto menos, molesto. Entre otras cosas, en eso están los padres de la idea: en comprobar la viabilidad del proceso de reciclado. Y esta solución procedimental que está por ver.
Dicen que en Francia se desechan cada año un millón de toneladas de pañales y, junto con toallitas y otros pañuelos de papel, representan un 9% de los desechos de cada hogar. En España la cifra será similar, con lo que el aprovechamiento de estos desechos podría valer la pena a largo plazo. La cuestión es: ¿Haría el esfuerzo por ayudar a la salud del planeta?