El recreo sin final
Actualizado:Pasan los meses y el patológico tono político de los debates institucionales, lejos de menguar, se contagia. Primero fueron los plenos municipales de Jerez o Cádiz. Luego saltó a Diputación. Ha cambiado el signo político en dos de esas tres de esas administraciones -usadas entre muchos ejemplos- pero los modos que pervierten e inutilizan el debate van a peor. El presidente de Diputación concedió esta semana que «esto se ha convertido en un patio de colegio». Asombra, y desmoraliza, que lo diga el director del centro, el único con cierta capacidad de intentar cambiar las cosas. Humaniza la sinceridad, le honra, pero...