ESPAÑA

Zapatero deja en manos del próximo Gobierno la gestión del fin de ETA

Descarta abrir una ronda con los partidos y afirma que las fuerzas de seguridad no dejarán de actuar contra los terroristas

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El Gobierno no va a dar paso alguno tras el anuncio del cese definitivo de la violencia de ETA. Ni traslados de presos ni excarcelaciones ni revisión de la doctrina Parot ni legalización de Sortu ni nada de nada antes de las elecciones. Las decisiones las tendrá que tomar el Gobierno y el Parlamento que salgan de las urnas el 20 de noviembre. El portavoz gubernamental, José Blanco, confirmó que el próximo Ejecutivo tendrá que «gestionar el nuevo tiempo» que se ha abierto tras el paso de la organización terrorista.

Esta pasividad frente a ETA y la izquierda abertzale no es un capricho o una decisión unilateral de José Luis Rodríguez Zapatero sino que es fruto de las conversaciones que ha mantenido con Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, en las que los tres convinieron dejar en manos del próximo inquilino de la Moncloa y del Congreso que se constituirá en diciembre la gestión del final de ETA. Este Ejecutivo, aseguró Blanco, no va a mover ficha. Ni siquiera, a diferencia de lo que va a hacer el lehendakari Patxi López, va a abrir una ronda de contactos con los partidos.

Para el Gobierno, el comunicado de ETA es «la derrota del terrorismo», pero se va a quedar ahí en el mes que resta hasta las elecciones y las semanas que estará en funciones. La avalancha de preguntas formuladas al portavoz tras la reunión del Consejo de Ministros sobre presos de ETA, ilegalizaciones de Amaiur, legalización de Sortu o cualquier otra iniciativa recibieron una respuesta invariable: «no toca hablar de eso» o «esas son preguntas que no tienen respuesta».

Un mutismo que responde a la estrategia pactada por Zapatero, Rajoy y Rubalcaba, que han mantenido varias conversaciones telefónicas en las últimas horas, según confirmaron fuentes gubernamentales. El presidente del Gobierno habló con el líder de la oposición para hacer un análisis conjunto del texto de la organización terrorista y pactaron una respuesta pública en términos muy similares. Rajoy también ha hablado con Rubalcaba para mantener un discurso sin discordancias.

No es porque no sepa qué hacer -el Ejecutivo tenía, según fuentes de Interior, diseñados «todos los escenarios» de política penitenciaria por si llegaba el final de la violencia- pero no va a poner en poner en práctica ninguno para no hipotecar la actuación de los próximos gobernantes. «La noticia más esperada de la historia de la democracia», en palabras de Blanco, se quedará por tanto sin respuesta gubernamental.

El portavoz y ministro de Fomento se permitió, además, dar consejos a los gobernantes que tengan que gestionar el proceso. Les instó, sean del PP o del PSOE aunque más parece que vayan a ser del primer partido, a que actúen con «firmeza, prudencia y unidad» como ha hecho, a su juicio, el Gobierno de Zapatero. El candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, también abogó desde Valencia por mantener la unidad antiterrorista tras el 20 de noviembre, objetivo en el que es fundamental «el diálogo entre los partidos».

El aspirante del PSOE a la Presidencia del Gobierno tampoco quiso mojarse sobre los pasos a dar a partir de ahora porque «no es quién para decir lo que hay que hacer». La estrategia, añadió, es «tarea de todos».

Discrepancias

Que las cosas han cambiado quedó de manifiesto cuando Blanco, interrogado sobre su parecer ante la afirmación de la izquierda abertzale de que el paso dado por ETA no implica la solución del «conflicto» vasco, señaló que «las discrepancias políticas están dentro de la normalidad democrática». En otro momento, el portavoz hubiera contestado con acritud o con una exigencia a la izquierda abertzale para que la organización terrorista renunciara a la violencia. «Lo importante -subrayó- es que a partir de ahora solo habrá política y no terrorismo».

La pasividad del Gobierno ante el gesto de ETA no quiere decir que se vaya a quedar cruzado de brazos. El estado de derecho, afirmó Blanco, «va seguir funcionando» y el Ejecutivo «va a seguir gobernando» hasta el último día. Aviso que corroboró el ministro del Interior, Antonio Camacho, quien además de homenajear el trabajo «impagable» de la Policía y la Guardia Civil, advirtió de que las fuerzas de seguridad van a mantener «con la misma intensidad» su labor antiterrorista.

Camacho se reunió ayer con los mandos de ambos cuerpos para valorar el comunicado de ETA y analizar la situación creada. La conclusión, según el ministro, es «seguir trabajando con el mismo rigor». Sólo, prosiguió, «ha terminado una parte de la tarea», pero queda la fase «más compleja», garantizar el cumplimiento de las leyes e impedir un retorno de la actividad terrorista.

Desde el frente judicial también se lanzaron mensajes de continuidad frente a ETA. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, garantizó que el Ministerio Público «va a seguir firme, y va a continuar con la investigación criminal al margen de los contextos y de los vaivenes políticos».