Los obispos esperan que ETA haya dado «un paso definitivo»

La Conferencia Episcopal expresó ayer su «alegría» por la declaración de ETA, decisión que desea que sea «un paso definitivo» para la desaparición de la banda y el cese de la violencia terrorista. El portavoz de los obispos, Juan Antonio Martínez Camino, aseguró que en este momento, «hay que estar con las víctimas» del terrorismo, a las que «nunca hay que dejar de hacerles justicia».

El secretario general de la Conferencia Episcopal explicó que el comunicado de la banda terrorista fue conocido al termino de la reunión de la Comisión Permanente de los obispos, de manera que «no había ni tiempo, ni quórum» para estudiarlo y realizar una declaración institucional. En todo caso, Martínez Camino recordó que los obispos «no han valorado nunca» un comunicado de ETA y «tampoco lo va hacer ahora».

El portavoz de la Conferencia Episcopal, apoyándose en declaraciones anteriores y en el documento elaborado por la curia de la Iglesia católica ante las elecciones del 20-N, insistió en expresar «nuestro afecto, respeto y solidaridad con las víctimas», porque «deseamos ardientemente el fin de toda actividad terrorista que tan duramente ha castigado durante años no solo a País Vasco y Navarra, sino a toda España». Por ello, ante la nueva situación que se abre con la declaración del cese de la violencia, el secretario de la Conferencia episcopal dijo que, apoyándose en «los principios morales», las relaciones de la sociedad y del Estado con ETA «deben guiarse por los principios morales inalterables, que no se pueden cambiar y que deberían seguir guiando en el futuro lo que se haga».

Dado que, en opinión de los obispos, «el terrorismo no admite justificación ninguna, y esto vale para hoy y para el futuro», los propios terroristas «no pueden ser reconocidos como representantes políticos de ningún sector de la población, dado que el terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa del todo incompatible con una visión justa y razonable de la vida», según recoge el texto aprobado el jueves por la Comisión Permanente sin referirse en concreto a ETA y sin tener conocimiento del comunicado de la banda.

Según explicó Martínez Camino, la Iglesia tiene la obligación «del fortalecimiento moral de los ciudadanos» defendiendo principios como «el respeto a la vida, el uso de medios legítimos en el debate político y en la acción política», por lo que «un católico no puede estar en ninguna banda terrorista, bajo ninguna excusa, ni puede prestarle su apoyo directo o indirecto, ni encubrirla». «Si dejan de ser terroristas y se reintegran en la sociedad es otra cuestión», apuntó.

El portavoz de la Conferencia Episcopal fue más allá para llamar a los fieles a que pidan a dios «por la conversión de los terroristas» para que «cambien su corazón».