La ampliación, pieza angular de la UE
El proceso de adhesión persigue la transformación de dichos países en sociedades modernas y dinámicas en beneficio no solo de sus ciudadanos sino también de los nuestros
COMISARIO DE AMPLIACIÓN Y POLÍTICA EUROPEA DE VECINDADActualizado:El año 2011 ha sido un año de sorprendentes y cruciales acontecimientos a nivel mundial, pero también de importantes retos para la Unión Europea: hemos sido testigos de grandes convulsiones entre nuestros vecinos del sur a causa de los 'levantamientos árabes' y estamos haciendo frente a las consecuencias de la crisis de la zona euro sobre las economías interdependientes de nuestros países. De pronto, cosas que dábamos por hechas nos parecen inciertas. Elementos que parecían asegurados y en los que teníamos la máxima confianza parece no estarlo tanto.
Estas incertidumbres actuales nos recuerdan la razón de ser de la ampliación de la UE, de esta parte del ADN de la UE. Nuestra Unión ha ido ampliándose desde los primeros días de la integración europea, cuando éramos una Comunidad Europea de seis países, hasta los 27 que actualmente constituyen la UE. Precisamente gracias a esa serie de ampliaciones consecutivas (la de 1986 supuso la incorporación de España y Portugal, acontecimiento que este año celebra sus 25 años), Europa se ha convertido en un continente próspero, seguro y cohesionado.
En este contexto, el carácter transformador del proceso de ampliación lanza un poderoso mensaje de esperanza en este tiempo de conflictos y da una clara señal del compromiso de la Unión Europea con los países de la ampliación. El proceso de adhesión sigue siendo nuestra herramienta más poderosa para lograr cambios. La ampliación persigue la transformación de dichos países en sociedades modernas y dinámicas en beneficio no solo de sus ciudadanos sino también de los nuestros, de los europeos que ya formamos parte de la Unión. La transformación es posible porque la ampliación combina la promesa de la adhesión a la UE con un proceso que asegura una sólida preparación para la misma. La adhesión está supeditada a condiciones estrictas, y en ella fomentamos reformas políticas y económicas mediante ayuda a todos los niveles y siempre desde una postura dialogante. Cuando este proceso concluye, podemos estar seguros de que estos países están bien preparados para convertirse en nuevos Estados miembros de la UE y sus ciudadanos ser, a todos los efectos, miembros de la Unión Europea.
Croacia es un fiel ejemplo de todo ello. La transformación de que hemos sido testigos desde que Zagreb presentara su solicitud de adhesión a la UE en 2003 es impresionante. Los Estados miembros reconocieron esta transformación el verano pasado y dieron luz verde a la adhesión de Croacia a la UE en el año 2013.
Pero Croacia no está sola. También se han producido avances significativos en otros países. Las negociaciones para la adhesión de Islandia han entrado en su fase formal. La detención por parte de Serbia de los dos últimos inculpados por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia, Ratko Mladic y Goran Hadzic, representa un paso importante para la reconciliación en los Balcanes Occidentales. Montenegro avanza con reformas profundas y de gran alcance. Por tanto, el 19 de octubre pasado decidimos enviar una señal diáfana a estos países de que la UE cumple sus promesas, si ellos cumplen las suyas.
Estos y otros posibles países candidatos aún tienen un largo camino por recorrer. Muchos necesitan consolidar más sus democracias, establecer sistemas jurídicos y órganos judiciales eficaces, y avanzar para asegurar el crecimiento económico y el empleo. En la Comisión Europea, nuestra tarea es seguir cuidadosamente sus progresos y ayudarles cuando intentan superar obstáculos, dándoles consejos técnicos y orientándoles en su marcha.
La ampliación de la UE está diseñada para funcionar así. Los países que desean adherirse deben realizar las reformas necesarias para avanzar. Y cuando se cumplen las difíciles condiciones impuestas para la adhesión, condiciones sine qua non, la Unión Europea debe hacer honor a su parte del pacto. Por este motivo, hemos propuesto conceder a Serbia el estatus de país candidato a la UE y abrir las negociaciones de adhesión con Montenegro hace dos semanas. Así pues, esperamos que tres países de la extinta Yugoslavia puedan formar parte a corto plazo de nuestro proyecto europeo.
La Historia -incluso mientras se escribe- muestra que una política de ampliación sólida y creíble es una de las piezas angulares de nuestra seguridad y nuestra prosperidad.