Policías griegos, en Atenas, durante una nueva jornada de huelga en el país heleno. :: A. TZORTZINIS / AFP
Economia

Merkel y Sarkozy no se ponen de acuerdo

El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, insiste, en su despedida, en la urgencia de atajar la crisis de la deuda El refuerzo del fondo de rescate enfrenta a los dos dirigentes a cuatro días de la cumbre

BRUSELAS/ BERLÍN. Actualizado: Guardar
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A solo cuatro días de la cumbre de la zona euro más esperada, Fráncfort acogió ayer una cita informal de primer nivel para intentar encauzar las negociaciones. Angela Merkel, Nicolas Sarkozy, los dos presidentes de la UE, el jefe del BCE y la directora del FMI, Christine Lagarde, se reunieron por sorpresa para acercar posturas. El principal escollo, que al parecer enfrenta a Francia y Alemania, es el refuerzo del fondo europeo de rescate. París apuesta por extender sus poderes al máximo para frenar definitivamente el contagio griego y ayude en la recapitalización de la banca.

La cumbre reducida de la Eurozona se produjo con motivo de la despedida de Jean-Claude Trichet y a ella se unieron también los ministros de Economía de ambos países. El encuentro se precipitó por las diferencias en el eje franco-alemán por la ampliación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF), según explicaron algunas fuentes.

Sarkozy reclama que el mecanismo de urgencia pueda funcionar como un banco con acceso directo al BCE, que interviene desde hace semanas en los mercados para mantener bajo control las primas de riesgo de España e Italia. Ante la oposición de Merkel a esta opción, en los últimos días ha cobrado peso otra fórmula que elevaría por encima del billón de euros la dotación de 440.000 millones del fondo.

Este planteamiento, basado en un mayor endeudamiento del EFSF, avalaría hasta un 30% de las posibles pérdidas de los bonos emitidos por un país a merced de los especuladores.

Horas antes del encuentro de Fráncfort, el presidente de la Comisión insistió en que la zona euro se juega mucho en la cumbre del domingo. Tras recordar que la construcción europea se encuentra en un momento «crucial», José Manuel Durao Barroso remarcó que los socios tienen que salvaguardar su «credibilidad» de cara a la reunión del G-20 de principios de noviembre. El exlíder portugués, preguntado por la situación de España, confió en que la cita comunitaria ofrezca «una respuesta fuerte para dar garantías a todos los países».

La cumbre del domingo también tiene como objetivo articular una solución definitiva para Grecia, que volvió a vivir una jornada muy tensa. El país se paralizó durante el primer día de huelga general de los dos convocados para protestar contra los recortes del Gobierno. Alrededor de 100.000 personas marcharon por las calles de Atenas en una de las mayores manifestaciones de los últimos años. Al final de la movilización, grupos radicales se enfrentaron con la Policía y dejaron nuevamente imágenes de guerrilla urbana.

Medidas inmediatas

La crisis griega ha marcado la última etapa del mandato de Jean-Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo. Pero su trayectoria también será recordada por el lanzamiento de la divisa común.

Después de ocho años al frente de la institución, Trichet recibió el elogio y los agradecimientos por el trabajo realizado durante un acto de gala celebrado en la vieja ópera de Francfort. Los oradores pusieron énfasis en las cualidades y logros de Trichet, un dirigente que llegó al cargo con la firme convicción de defender la estabilidad de precios en la eurozona, misión desempeñada con éxito.

«Jean-Claude Trichet desempeñó a la perfección el rol de presidente de un banco central», dijo el presidente del Consejo europeo, Herman Van Rampouy, quien sugirió que los países debían sacrificar parte de sus soberanías para resolver los problemas económicos actuales. La canciller Angela Merkel fue más allá y volvió a recordar que si el euro desaparece Europa también caería. La canciller prometió mayor liderazgo de Alemania en la solución de la crisis, apoyó un nuevo cambio en el Tratado de la Unión Europea y eligió el familiar «tuteo» para dirigirse a Trichet y agradecerle la gestión realizada.

Trichet aprovechó su última gran intervención pública para insistir en un hecho capital. La crisis de la deuda obliga a tomar «medidas inmediatas». «Y el futuro clama por una visión de hacia dónde vamos, un sentido del rumbo», añadió. Precisó que la gestión de la crisis requiere de un enfoque a tres bandas: reforzar la capacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, los balance de los bancos y trabajar en una solución apropiada para un ajuste en Grecia. Y citó a Goethe antes de abandonar la tribuna: «Saber no basta, tener intenciones no basta. ¡Debemos hacerlo!».

«Creo que el BCE ha hecho todo lo que ha podido para cumplir con sus responsabilidades en circunstancias excepcionales», dijo Trichet al Financial Times. «Hemos tenido que actuar porque los gobiernos no tomaron en su serio su responsabilidad de asegurar la estabilidad financiera», se justificaba igualmente en las páginas del Frankfurter Allgemeine Zeitung.