Macrocumbre para remendar Europa
La opción de que España tenga que acometer más ajustes emerge en el diálogo para ampliar el fondo de rescate
BRUSELAS.Actualizado:La UE celebrará finalmente una macrocumbre de cuatro días para intentar reconducir la crisis que ha puesto en duda hasta la superviviencia del euro. Ante las dificultades en las negociaciones para sellar un pacto durante el fin de semana, los líderes comunitarios volverán a reunirse el próximo miércoles. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy anunciaron la nueva convocatoria en una declaración conjunta en la que corroboraron su apuesta por un pacto global que devuelva la estabilidad a los mercados financieros.
La extensa cumbre arrancará esta tarde con una cita de los ministros de Economía de la zona euro. Mañana tomará el relevo un encuentro de todos los titulares de Finanzas de los Veintisiete. El turno de los presidentes llegará el domingo en una doble sesión de mañana y tarde. En principio, ese era el momento de las grandes decisiones, pero habrá que esperar un poco más para conocer el gran pacto de la Eurozona. Según el esquema trazado, los acuerdos se refrendarán el miércoles en una última cita.
La prolongación de la cumbre se produjo apenas unas horas después de que Merkel suspendiera su tradicional discurso en el Bundestag previo a las citas comunitarias. La canciller necesita el respaldo del Parlamento para poder comprometerse en distintas cuestiones, un trámite que cumpliría tras la cita del domingo. La líder conservadora y Sarkozy remarcaron que la zona euro concluirá la serie de encuentros con un pacto «completo y ambicioso».
Los líderes europeos se enfrentan a tres grandes incógnitas para encauzar la crisis. La recapitalización de la banca, el refuerzo del fondo de rescate y el futuro de Grecia aparecen como los tres grandes pilares para sacar a la zona euro del ojo del huracán. La Comisión ha insistido estos días en que se necesita un acuerdo global porque todos los problemas están «interconectados».
En distintos discursos en las últimas semanas, José Manual Durao Barroso ha remarcado que los socios comunitarios se enfrentan a un momento «crucial» que marcará el futuro de la UE.
Las dificultades estriban principalmente en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglás en inglés). Dotado con 440.000 millones y ratificado recientemente por todos los socios, ahora se debate multiplicar su fortaleza incluso por encima del billón de euros. Creado el año pasado tras el rescate griego, el mecanismo se ha convertido en la piedra angular para cortar el contagio a Italia y España. Francia y Alemania, sin embargo, no logran cerrar un pacto sobre cómo aprovecharlo de una forma más efectiva. Berlín se niega a dar pasos excesivamente arriesgados mientras París reclama otorgarle todo el poder posible.
Contrapartidas
Para añadir todavía más confusión, ayer se conocieron posibles contrapartidas que se exigirían para aprobar la ampliación del fondo. Al parecer, una de las ideas que se ha puesto sobre la mesa es que España e Italia acepten acometer nuevos ajustes. La petición se enmarcaría en las negociaciones sobre las opciones del mecanismo de ofrecer líneas de crédito a los países asfixiados por los mercados. De acuerdo con distintas informaciones, un socio podría recibir ayudas por valor del 10% de su PIB, lo que en el caso español ascendería a unos 100.000 millones.
Las posturas en el eje franco-alemán parecen mucho más cercanas en la recapitalización de la banca, el gran quebradero de cabeza de la zona euro en las últimas semanas. Según el 'Financial Times', la cantidad que se necesitaría para apuntalar a los bancos europeos rondaría los 80.000 millones, una cifra mucho menor de lo estimado inicialmente. El rotativo británico precisó que las entidades de Francia, Italia y España serían las más afectadas por las nuevas exigencias de fondos de máxima calidad. La Comisión presentó finalmente su plan para que los socios persigan penalmente a los banqueros que cometan abusos en los mercados.
El tercer pilar de las negociaciones es Grecia, donde ayer se vivió una segunda jornada consecutiva de huelga general. Las protestas se tiñeron de luto por la muerte de un sindicalista tras los incidentes entre grupos radicales y la Policía. Merkel y Sarkozy anunciaron en su declaración que se abrirán negociaciones con la banca para condonar más deuda al país, pero reclamaron a Atenas compromisos ambiciosos para «enderezar» su muy debilitada economía.