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Rafa Nadal, un Aquiles del siglo XXI

El periodista John Carlin publica la biografía del tenista balear

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Se le conoce como el ‘Gladiador de la tierra batida’, pero el periodista y escritor John Carlin aún va más allá. "Por su forma de sufrir para ganar, por su épica, Rafa Nadal es una especie de Aquiles contemporáneo, que se enfrenta al dios Federer”, afirma. E igual que el héroe griego más famoso de la batalla de Troya, Nadal es muy poderoso, pero como humano que es tiene un punto débil, su particular talón de Aquiles, en este caso un hueso de su pie izquierdo. “Es la parte más sensible de mi cuerpo. La mayor parte del tiempo siento dolor cuando juego. He tenido que esforzarme para acostumbrarme al dolor". El tenista balear lo cuenta en sus memorias, escritas por el propio John Carlin ('Rafa. Mi historia', editorial Urano), en las que trata de hacer la anatomía de un campeón, acercarse al universo Nadal, conocer al hombre más competitivo del circuito ATP, el que “detesta perder” y conocer de primera mano qué es lo que realmente hace vibrar a este atleta tan celoso de su privacidad.

Un viaje a su vida (solo tiene 25 años) que se detiene en el trofeo que más valora en este mundo: la unidad y el amor de su familia. "La familia es el nexo, la columna vertebral sobre la que Nadal ha cimentado su carrera", señala Carlin, autor además de 'El factor humano', que Clint Eastwood llevó a la gran pantalla como ‘Invictus’. "No se puede entender nada de Rafa -añade- sin entender la importancia que tiene la familia que le rodea". Y esa fuerza mental ("El que consigue aislarse mejor de sus miedos es el que termina siendo número uno", dice en el libro) que le lleva a ganar partidos "está sustentada en la familia", según Carlin. Por ello, asegura, fue un golpe tan grande para Rafa la separación de sus padres en 2009. Eso sí, apunta, sería muy aventurado decir que gracias a su reciente reconciliación, Rafa volverá a ser número uno.

En el volumen de más de 300 páginas, Nadal relata cómo se derrumbó cuando en 2005 -el año de su explosión como jugador- los médicos le diagnosticaron una lesión congénita en su pie izquierdo, que a punto estuvo de obligarle a decir adiós y que incluso le hizo plantearse cambiar la raqueta por los palos de golf. "Hacer deporte es saludable para las personas normales, pero el deporte profesional no es bueno para la salud", reconoce el tenista de Manacor. "En mi trayectoria -continúa- hubo un momento en que me pregunté si iba a ser capaz de seguir compitiendo al máximo nivel".

La relación con su tío

Otro de los puntos calientes que aborda el libro es la relación entre Rafa y su tío Toni ("Sigue una disciplina militar, casi espartana", según Carlin), su entrenador desde los cuatro años. Como no podía ser de otra forma, ha vivido momentos dulces, de grandes triunfos, pero también otros muy tensos. "El preparador más inflexible que existe. Me critica incuso cuando gano", sentencia Rafa. Carlin se hace eco de una acalorada discusión en la que Toni le dice a su sobrino que quizá no sea una buena idea seguir siendo su entrenador. "Sería absurdo pensar que no ha habido problemas entre ellos y que todo ha sido armonía", afirma el autor, que cree no obstante que Rafa no concibe otro entrenador y tiene muy claro que parte de su éxito se lo debe a su tío.

El libro relata además cómo es su trato con Roger Federer ("Otros rivales pueden odiarse a muerte fuera de la pista; nosotros no, nos caemos bien") y cuenta que de pequeño a Rafa le gustaba más el fútbol que el tenis. "Con 13 años me di cuenta de que lo mío era el tenis", se sincera. Aunque lo tenía claro. “Fue una de las decisiones más difíciles que he tenido que tomar”, admite. Porque el pequeño Rafa destacaba como goleador en las categorías inferiores de las ligas baleares y nadie duda que hubiera llegado lejos, tanto como su tío Miguel Ángel (jugador del Mallorca y el Barça) o incluso al Real Madrid, el club de sus amores, del que se hizo fan porque su padre es merengue.

En eso Nadal es como la mayoría de los futboleros, seguidores de un club por tradición familiar. Además de un tipo normal, según Carlin, Nadal es "muy buena gente" y "no se le ha subido la fama a la cabeza", con lo que es un "ejemplo" para las estrellas del deporte. “Trata de forma respetuosa y elegante a todo el mundo y destaca por su increíble disciplina”, añade. “Asistir a un entrenamiento -concluye- es toda una experiencia: hay que guardar silencio, como en un partido”.