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Dolor de las familias israelíes y fiesta en Gaza
Colectivos de víctimas reprochan el alto precio pagado por Netanyahu a cambio de recuperar a Gilad Shalit
Actualizado: GuardarFinal de la cuenta atrás para el canje de prisioneros entre Israel y Hamás. Todo está listo para que hoy acaben cinco años de cautiverio para el soldado Gilad Shalit. A cambio, 1.027 presos palestinos serán indultados en un proceso de dos meses que arrancará a las seis de la mañana, cuando el cautivo sea entregado a los enviados de la Cruz Roja Internacional (CICR) a la franja de Gaza, según una hoja de ruta del canje publicada por los medios israelíes.
La gran fiesta en Gaza acalla por el momento la impotencia por no haber podido liberar a las grandes figuras de la resistencia y contrasta con la sensación agridulce en el lado israelí. Cientos de personas se dieron cita ayer en el Tribunal Supremo, la mayor parte movilizadas por la asociación de víctimas del terrorismo Almagor. La Justicia israelí decidió atender cuatro de las demandas presentadas contra la amnistía de los 1.027 presos en las últimas 48 horas, pero como declaró el presidente del Supremo, Dorit Beinisch, «el Tribunal siempre se ha negado a interferir en este tipo de acuerdos de intercambio de prisioneros que se alcanzan por medio de negociaciones políticas». El objetivo de las alegaciones era lograr más tiempo para estudiar la lista y preparar un documento conjunto entre todos los afectados, pero no fue posible y se vivieron momentos de mucha tensión.
Los padres de Gilad Shalit, presentes en la sala, fueron increpados por las familias de las víctimas, que trataron de impedir hasta última hora la liberación de los verdugos de sus familiares, muchos de ellos condenados a varias cadenas perpetuas. «Míranos a los ojos y no olvides poner un ribete negro en la bandera de tu casa de Mitzpe Hila, hoy es un día de luto», le recordó Shvuel Schijveschuurde, que perdió a sus padres y tres hermanos en el atentado de 2001 contra la pizzería Sbarro de Jerusalén.
Noam Shalit, padre del soldado, mostró su «solidaridad con el dolor» de los presentes, pero pidió a la Justicia que no detuviera el proceso ni tratara de introducir «el mínimo cambio» porque esto podría tener «consecuencias muy graves para Gilad». El responsable de Almagor, Meir Eindor, denunció que «Hamás no solo secuestró a Gilad, secuestró a toda su familia y a toda la sociedad israelí. Esto es exactamente lo que hace el terrorismo», y exigió «justicia para la sangre judía».
Carta abierta
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, remitió una carta abierta a las familias de las víctimas a través del diario 'The Jerusalem Post' en la que reconoció que «el precio es especialmente alto para vosotros. Entiendo lo difícil que es digerir el hecho de que los malvados que han perpetrado crímenes horribles contra vuestros seres queridos no cumplan con el castigo que merecen», y les ofreció como consuelo su abrazo y el de todo Israel. La única respuesta por parte de unas autoridades que aseguran haber logrado «el mejor trato posible» con Hamás.
Mientras parte de la sociedad israelí muestra su impotencia, al otro lado del muro todo está listo para la gran fiesta de bienvenida. Según los medios israelíes, el intercambio comenzará a las seis de la mañana y una vez que el CICR confirme que Shalit está vivo y ha sido entregado, Israel dejará en libertad a 27 mujeres, mientras el soldado será transportado a Egipto a través del cruce fronterizo de Rafah.
Gilad será trasladado directamente a una base militar en el sur de Israel, en la que se le dará ropa, se le hará un primer chequeo médico y se le permitirá ducharse y llamar a sus padres. Los restantes 450 presos serán entonces puestos en libertad. De ellos, un grupo de 300 llegará a Gaza a través de Rafah, el resto serán trasladados a Cisjordania, Jerusalén e Israel, todos menos cuarenta que serán deportados a Catar, Turquía y Siria. El dirigente de Hamás Mousa Abu Marzouq confirmó de manera oficial los países que acogerán a estos presos palestinos.
En el momento en que el grueso de los prisioneros pase sus primeros minutos en libertad, Shalit será llevado a una segunda base militar, donde se encontrará con sus padres y será recibido por el primer ministro, Benjamín Netanyahu; el titular de Defensa, Ehud Barak; y el jefe del Estado Mayor, Benny Gantz. Una delegación del grupo fundamentalista liderada por Khaled Mashaal se encuentra ya en Egipto para supervisar en primera persona el canje.