«La gente está desesperada ya»

Los trabajadores de Urbanos Amarillos han pasado su primera noche del segundo encierro en la iglesia de San Francisco. Esta mañana, bien temprano, han acudido a las puertas del Ayuntamiento, donde han coincidido con María José García-Pelayo, que se ha detenido para ofrecerles sus explicaciones por las que se están retrasando los pagos en las nóminas pendientes. Los allí presentes le han instado a solucionar el problema cuanto antes porque la situación familiar de muchos de ellos roza la desesperación.

«Ya no podemos aguantar más, la situación es insoportable, y el desgaste, sobre todo psicológico, por los impagos y la huelga está pasando factura a nuestras familias», exponía Manuel, uno de los empleados de Urbanos Amarillos que desde ayer permanecerá en el interior del céntrico templo para exigir a la concesionaria que cumpla con los pagos pendientes.

La plantilla continúa hoy con el encierro a la espera de que la concesionaria municipal, Urbanos Amarillos, cumpla su compromiso de abonar este jueves la nómina de septiembre y una parte de la de agosto que adeuda a la mitad de la plantilla.

Según ha indicado a Europa Press el portavoz del comité de empresa, Ángel Morales, permanecerán en el convento jerezano "hasta el próximo viernes" y no ha descartado "prolongarlo" e iniciar "otras movilizaciones" paralelas a los paros indefinidos si la empresa "no cumple con su palabra" y no hace efectivo el jueves el cobro de las nóminas, tal y como les comunicó en un escrito.