La plantilla de los autobuses vuelve a encerrarse para pedir sus salarios
Una veintena de trabajadores va a permanecer dentro de la iglesia de San Francisco hasta que lleguen los ingresos
Jerez Actualizado:«Ya no podemos aguantar más, la situación es insoportable, y el desgaste, sobre todo psicológico, por los impagos y la huelga está pasando factura a nuestras familias», exponía ayer lunes a las puertas de la iglesia de San Francisco Manuel, uno de los empleados de Urbanos Amarillos que desde ayer permanecerá en el interior del céntrico templo para exigir a la concesionaria que cumpla con los pagos pendientes.
La plantilla del transporte ya lo había dejado claro: el nivel de su protesta iba a subir para reclamar no solo el abono de los salarios pendientes (a toda la plantilla se le debe el mes de septiembre y a la mitad también el de agosto), sino también que «se tome una decisión definitiva que solucione el caos en el que está inmerso ahora mismo el servicio», como apuntaban ayer desde el comité de empresa.
La jornada de protesta de los trabajadores comenzó las 6.30 horas de ayer, cuando la plantilla se concentró como todos los días desde hace ya 11 semanas a las puertas de las instalaciones de El Portal para ver salir los autobuses que se encargan de los servicios mínimos durante la huelga que se alarga desde el 8 de agosto. Allí decidieron cómo iba a desarrollarse este nuevo encierro en el templo en el que también habían pernoctado hace ya varias semanas.
Después se trasladaron a la plaza Esteve, junto a la que se ubica la iglesia de San Francisco, y esperaron la llegada de los compañeros con los víveres y todos los enseres necesarios para iniciar así el nuevo encierro.
Fue exactamente a las 12.30 horas cuando el grupo de una veintena de trabajadores que permanecerá en la iglesia traspasaba las puertas de San Francisco cargando con colchones, una bombona, una cocina, cafeteras y un carro de la compra lleno de alimentos para aguantar allí hasta que se cumpla el plazo dado por el Ayuntamiento y la empresa de que cobrarán los atrasos pendientes este jueves día 20. Hay que recordar, como puso de relieve ayer el comité de empresa, que fue la propia concesionaria la que se comprometió por escrito a abonar el salario de septiembre y terminar de pagar el de agosto.
Como expresaba ayer el portavoz del comité de empresa, Ángel Morales, el paso que ha dado ahora la plantilla con este encierro se basa en la necesidad de «presionar» a la compañía para que haga frente al pago de las nóminas. Con todo, los trabajadores ya temen que la solución que se dé al conflicto no sea más que «un parche», porque a su juicio Urbanos Amarillos ha demostrado que «no tiene solvencia» para afrontar el servicio.
En esta situación, desde CC OO el secretario local, José Manuel Trillo, criticó ayer el papel que está jugando el Consistorio en este conflicto, y lamentó que «pese a los incumplimientos de la empresa en lo que respecta a los pagos el Ayuntamiento no diga nada». Para este sindicato, «esta situación inmovilista de nuestro Ayuntamiento es una absoluta dejadez de sus obligaciones y un desprecio a todo un pueblo que no tiene transporte público desde hace ya 11 semanas».
Por eso exigen medidas inmediatas como la gestión directa del servicio de forma provisional, «lo que no significa la municipalización. Somos conscientes de que la situación actual del Ayuntamiento lo imposibilita».
Sin embargo, el delegado de Movilidad, Javier Durá, descartaba ayer en unas declaraciones la Cadena Ser no solo la llegada de una nueva adjudicataria, sino también la municipalización del servicio porque absorber a la plantilla es inasumible.