Rubalcaba y Chacón se abrazan y saludan a los simpatizantes socialistas presentes ayer en el mitin de Sabadell. :: SUSANNA SÁEZ / EFE
ESPAÑA

Rubalcaba confía en el empuje de los votantes del PSC para evitar la debacle

El candidato y Chacón, hasta hace meses oponentes internos, intercambian en el mitin de Sabadell muestras de cariño y complicidad

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Lo dijo hace un mes en la Fiesta de la Rosa, en Gavà, y lo repitió ayer en Sabadell: sin el apoyo de Cataluña no puede haber ni buen resultado del PSOE ni mucho menos un gobierno progresista. El candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, regresó a tierras catalanas por segunda vez en un mes para apelar al PSC como motor del progresismo español. Si el PSOE tiene alguna posibilidad de evitar una debacle electoral, entienden los socialistas, esta pasa por obtener un buen resultado en esta comunidad. Por ello, los socialistas están dispuestos a jugarse la baza catalana, conscientes de que se trata casi del último bastión, junto con Andalucía, donde tratar de evitar el derrumbe que vaticinaban las encuestas, que dan al PP una mayoría absoluta y hasta 60 escaños de ventaja sobre el PSOE.

Rubalcaba no se refirió a las encuestas pero dio pistas de dónde se la juega. «Ganaremos en Sabadell, en Barcelona y en Cataluña, y vuestro voto, el de los catalanes progresistas, será definitivo para nuestro resultado electoral», dijo el exvicepresidente en uno de los pocos feudos donde el PSC aguantó el tipo en las elecciones locales. Aunque el PSC no será capaz de repetir los 25 diputados (tantos como el PP y CiU juntos), claves para la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero, las encuestas le mantienen como primera fuerza en los comicios del 20 de noviembre, como lo fue en las diez elecciones generales celebradas desde 1977.

El granero catalán

De ahí que Rubalcaba pusiese el acento en restañar las heridas que las dos legislaturas del PSOE han dejado en el electorado del PSC. «Es el momento -comentó- de que un dirigente del PSOE os diga: gracias por el apoyo en las diez elecciones anteriores». Sin los votos catalanes, añadió, no se hubiera podido consolidar la democracia, integrar a España en la UE, no habría ley del aborto y del divorcio, ni pensiones públicas, ni sistemas públicos de educación y sanidad. Esos modelos públicos universales, a su entender, están amenazados, por lo que cree que las elecciones son las más importantes desde el inicio de la democracia.

«Estamos en la encrucijada», aseguró, más que nada porque el gobierno resultante deberá gestionar algunos de estos derechos sociales, que están peligro. Sobre todo si gana el PP, que, según Rubalcaba, quiere desmantelar el Estado del bienestar. «No es lo mismo Rubalcaba que Rajoy», insistió. «Hay que pedir esfuerzos a los que fuman o a veces se toman una copa, porque ellos consumen más sanidad, pero aquellos que quitan impuestos a los ricos y recortan en sanidad están haciendo un ejercicio de injusticia», remató.

Rubalcaba está poniendo el acento en la baza catalana y en tratar de ganarse y cerrar filas con el PSC y con su cabeza de lista por Barcelona, Carme Chacón, con la que mantuvo un pulso por ser el cabeza de cartel en las generales. Aparcados parecen los recelos pretéritos, ahora se presentan como un dúo frente al PP, intercambian muestras de cariño y exhiben buena sintonía cada vez que comparecen juntos en público. «Gracias Carme, eres una garantía para mí», dijo en Sabadell. Incluso se cruzaron complicidades. «Carme, no has sido justa con Rajoy. Ayer (por el sábado) tuvo una revelación: afirmó que hará la economía como Dios manda», relató. Para concluir: «¡Como tengamos que esperar a que Dios nos mande indicaciones económicas, vamos listos!».