El grito por el cambio se escuchó en más de 850 ciudades del mundo
MADRID.Actualizado:Ciudadanos de más de 850 ciudades del mundo de casi cien países diferentes y de los cinco continentes participaron ayer en la protesta global contra el sistema político y económico y por un cambio democrático. Minutos después de las seis de la tarde arrancaba de la plaza de Cibeles de Madrid la manifestación de los 'indignados' convocados por varios colectivos, entre ellos el movimiento 15-M, que cinco meses después de su primera protesta terminará de nuevo en la Puerta del Sol bajo el lema 'Unidos por un cambio global'. Pero no solo los 'indignados' de Madrid han vuelto a mostrar su poder de convocatoria concentrando a estudiantes, sindicalistas, activistas y afectados por los recortes como sanitarios y profesores, ya que hasta 70 ciudades españolas más lograron agrupar a miles de manifestantes. Una de las concentraciones más multitudinarias se produjo en Barcelona, donde se reunieron hasta 250.000 personas, según portavoces de la organización, una cifra que el Ayuntamiento de la capital catalana redujeron a unas 60.000 personas.
Miles de personas más se echaban a las calles de Valencia, Palma de Mallorca, Valladolid, Zaragoza, San Sebastián o Santander. En Andalucía, las concentraciones más numerosas se registraron en Sevilla, con 50.000 participantes, en Málaga con 20.000 y en Granada con 7.000, según los organizadores.
Pero el movimiento ha cruzado fronteras y océanos. En Europa, Roma se convirtió en un punto de enfrentamientos entre la policía y varios centenares de encapuchados durante la manifestación. Roma fue escenario durante más de cuatro horas de una batalla campal, que acabó con decenas de heridos entre manifestantes y agentes. Los griegos también tomaron la plaza Sintagma de Atenas para sumarse a la convocatoria planetaria. Otras decenas de miles de manifestantes marcharon por toda Alemania en protesta contra el poder de la banca. En América, salvo excepciones como Cuba, Venezuela y Nicaragua, y en Australia y Nueva Zelanda también se escuchó el grito de jóvenes y grupos de todas las edades y condiciones que piden un cambio global.