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Liam Fox (izquierda), el día de su boda en 2005, junto a Adam Werritty, que fue el padrino. :: S. R. / EFE
MUNDO

Dimite el ministro de Defensa británico

Con la salida de Liam Fox por trato de favor a un amigo, Cameron pierde al segundo titular de una cartera en sus 17 meses de Gobierno

LOURDES GÓMEZ
LONDRES.Actualizado:

El ministro británico de Defensa, Liam Fox, dimitió ayer de su cargo en el gabinete de David Cameron por el trato de favor otorgado a un amigo personal, que le acompañó en sucesivos viajes de trabajo y ocio al extranjero en calidad extraoficial de asesor público. Fox llevaba una semana intentando salvar su carrera ministerial, que tomó un giro vertiginoso con comprometedoras alegaciones en la prensa sobre su estrecha relación con Adam Werrity, quien se identificaba como su «asesor personal» en tarjetas imprimidas con el logo del Parlamento de Westminster.

La dimisión de Fox forzó a Cameron a remodelar, por primera vez desde mayo de 2010, las carteras que controlan los conservadores dentro del gobierno de coalición con los liberal-demócratas. Philip Hammond, hasta ayer titular de Transporte, pasó a Defensa donde deberá reconducir la radical reforma del ministerio y de las Fuerzas Armadas, que incluye recortes presupuestarios del 8% en los próximos cuatro años y la eliminación de puestos de trabajo entre el personal administrativo y los militares de todos los grados.

El primer ministro ahora tendrá que hacer frente a la oposición laborista, que critica su indecisión a la hora de exigir una dimisión que, de acuerdo al portavoz de Defensa, Jim Murphy, «era indefectible e inevitable». Fox estaba sentenciado desde que la prensa desveló que Werrity había concertado citas y asistido a reuniones entre el ministro e intermediarios de empresas que perseguían contratas comerciales con el Ministerio de Defensa. Ningún funcionario estuvo presente en, al menos, un encuentro que tuvo lugar en Dubai el pasado junio.

El ministro creyó que había sorteado el temporal el pasado lunes, cuando intervino en la Cámara de los Comunes para explicar el embrollo y sus colegas de partido se volcaron en expresiones de apoyo. Ofreció una disculpa parcial, sin reconocer más irregularidad que un error de juicio por permitir a su amigo dar la impresión de que actuaba como su asesor oficial, cuando ni era funcionario a sueldo ni había sido autorizado para representar al Gobierno. Werrity opera a la sombra de Fox desde hace más de una década y ha dirigido fundaciones no lucrativas relacionadas con el ahora exministro, cuyos intereses al margen de la política británica se enfocan en Sri Lanka, Israel o en el reforzamiento de la alianza de Reino Unido con Estados Unidos.

«Borrosa distinción»

En su carta de dimisión, Fox acepta que permitió «equivocadamente» que se «hiciera borrosa la distinción entre mi interés personal y mis actividades de gobierno». Su constante amigo, padrino de boda, compañero de piso y asesor personal le visitó en 22 ocasiones en el ministerio de Defensa y le acompaño en 18 salidas al extranjero, incluso durante unas vacaciones familiares en España el pasado agosto. La fuente de financiación de los viajes de Werrity sigue sin clarificarse y pudo precipitar la renuncia de Fox.

Fox deja el gabinete sin esperar el resultado de la investigación oficial sobre su presunta infracción del código ministerial, prevista en unos días. En su carta de dimisión, garantiza el apoyo a Cameron desde su escaño parlamentario, que seguirá ocupando.

Fox es adalid de la derecha 'tory' y recalcitrante euroescéptico. En su círculo de influencia destaca Margaret Thatcher quien, pese a su pobre estado de salud, asistió a la recepción de su 50 cumpleaños el pasado septiembre. Cameron no quiere a un político con tal poder de atracción como enemigo en la retaguardia del parlamento británico. «Ha hecho un trabajo magnífico y puede estar orgulloso de su tiempo en el Gobierno», le correspondió ayer en su carta de respuesta.