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ESPAÑA

Un joven de 23 años fallece al despeñarse en un monte de Guipúzcoa

Elvis Curea, aficionado a la montaña, había llegado a la localidad de Beasain hace cinco años procedente de Rumanía

JAVIER GUILLENEA
SAN SEBASTIÁN.Actualizado:

Elvis Curea vivía para trabajar y para ascender los fines de semana al Txindoki, una montaña guipuzcoana que le tenía enamorado. Había el joven puesto sus pies en la cumbre en numerosas ocasiones, casi siempre en compañía de una cuadrilla de amigos, aunque ayer decidió subir solo.

El cielo estaba ayer nublado, la temperatura era suave y las laderas del monte -de 1.346 metros de altitud, y situado en la sierra de Aralar, entre Guipúzcoa y Navarra- se hallaban repletas de gente dispuesta a disfrutar de una jornada perfecta para realizar la ascensión. Pero el día se truncó para Elvis cuando dio un mal paso y cayó al vacío.

Tenía 23 años y vivía con su padre en Beasain, localidad a la que había llegado hacía cinco años desde Rumanía, donde quedaron esperándole su madre y su hermana. Desde entonces trabajaba en la carnicería de Iñaki Montoya, que horas después del accidente a duras penas conseguía hablar de un joven fallecido en el accidente al que consideraba un amigo más que un empleado. «Lo único que le gustaba era el Txindoki y trabajar», repetía el dueño de la carnicería.

A Iñaki se le quiebran las palabras a medida que describe a Elvis. «Me decía que le gustaba más esto que su país. Era un trabajador, muy buena persona». Y era también «muy fino, no bebía ni salía por las noches».

Varias de las personas que habían aprovechado el día festivo de ayer para ascender a la montaña más emblemática de Guipúzcoa fueron testigos de lo que le sucedió al joven montañero rumano poco después de hacer cumbre y empezar a descender.

Pared vertical

El siniestro ocurrió cuando, al parecer, según relató a uno de los testigos, Elvis Curea intentó apartarse de la hilera de personas que ascendían para bajar con más comodidad y se salió ligeramente del camino. Fue entonces cuando se precipitó por una pared vertical.

La Ertzaintza recibió a las 12.30 horas la llamada de una persona que dio aviso de lo que había ocurrido. Poco después, un helicóptero de rescate despegó de la base de Iurreta para acudir al auxilio del joven, a quien intentaban reanimar como bien podían un grupo de personas que había acudido en su ayuda.

El viaje del equipo de rescate del Gobierno vasco, sin embargo, no duró mucho ya que la ladera de la parte guipuzcoana del Txindoki se hallaba cubierta de niebla y cualquier intento de aproximarse a las paredes de la montaña era una locura que podría terminar en una nueva tragedia.

El helicóptero se vio obligado a regresar mientras la Ertzaintza daba aviso a SOS Navarra, que movilizó a una aeronave de la Guardia Civil para que se acercara hasta el lugar del accidente desde el lado navarro, que se hallaba despejado de nubes.

Este cambio de planes por la meteorología adversa provocó una demora en la llegada de los equipos de auxilio. El médico que viajaba en el helicóptero del instituto armado solo pudo certificar el fallecimiento del montañero, que fue evacuado a San Sebastián para practicarle la autopsia.