Una empresaria luchadora y tenaz
RUSIA. Actualizado: GuardarJulia Timoshenko ya vio desvanecido el año pasado su sueño de haber sido la primera mujer que ocupa en Ucrania la jefatura del Estado. Tuvo que admitir su derrota y retirar el recurso de impugnación que había presentado por considerar fraudulentos los resultados de los comicios en los que venció Víctor Yanukóvich. Pero dijo que no se daría por vencida, que seguiría plantando cara a su adversario y que haría una oposición «inmisericorde». Yanukóvich tenía, por tanto, motivos para desear el hundimiento total de su temida enemiga. Según el politólogo ruso, Stanislav Belkovski, el proceso contra ella «ha tenido una claro acicate de carácter político».
Fue artífice de la fórmula para que, en 1997, su país saldara la deuda que tenía acumulada con Rusia por el suministro de gas. La vida de esta mujer, fácilmente reconocible por su vistosa trenza rubia a modo de corona, ha estado repleta de altibajos desde que fue elegida diputada en 1998. Cuando presidía el comité de presupuestos del Parlamento0, el entonces primer ministro reformista Víctor Yúschenko la nombró viceprimer ministra a cargo de la cartera de Energía. En 2001, ya como jefa de la oposición, encabezó las movilizaciones contra el entonces presidente Leonid Kuchma. Tras otro proceso teledirigido por Kuchma, Timoshenko fue a parar dos meses a prisión por delitos que nunca pudieron ser probados. Su consagración como líder nacional la llegó con la Revolución Naranja.