ESPAÑA

Rubalcaba intenta frenar el debate interno sobre su futuro en el PSOE

El candidato socialista recomienda «a algunos de mis compañeros de partido que hablen menos y a Rajoy que hable más»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Con compañeros así quizá no hagan falta rivales. Algo parecido dejó caer ayer Alfredo Pérez Rubalcaba en un intento de poner sordina al debate que ya se ha abierto en el PSOE sobre su futuro tras el 20 de noviembre. «Voy a recomendar a algunos de mis compañeros de partido que hablen menos y Mariano Rajoy -dijo- que hable más».

La queja vino al hilo del análisis realizado por el líder de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara, sobre cuándo debería celebrarse el congreso de la formación para elegir al sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero en la secretaría general. ¿Su criterio? Si el resultado es suficientemente digno como para ejercer una oposición «fuerte» habría que nombrar a Rubalcaba cuanto antes. Si la derrota es aplastante habría que ir a una catarsis similar a la del 35 Congreso del año 2000.

La disyuntiva para los socialistas es, pues, perder o perder estrepitosamente. Pero solo Fernández Vara se ha atrevido a decirlo tan a las claras. «Guillermo ha tenido días más felices», ironizó el candidato del PSOE durante un desayuno en el Foro Europa. Lo dijo como quitando hierro al tema, incluso añadió que «un mal día lo tiene cualquiera», pero el patinazo ha escocido. «Eso son cosas que se piensan pero no se dicen», comenta otro barón del partido.

Sondeos en contra

A Rubalcaba ya le cuesta lo suficiente sobreponerse al estado de ánimo que se ha apoderado de su partido como para tener que combatirlo en público. No hay encuesta que dé una brecha inferior a los quince puntos entre él y Mariano Rajoy. «Como tengo unas cuantas para leer -bromeó durante el coloquio-, ya me hago un cargo». Admite así que su situación es muy difícil, pero no se apea de su mantra: «Lo único que garantiza una derrota es no dar una batalla».

Fernández Vara tampoco se retracta. «No tengo que dar muchas más explicaciones porque él sabe perfectamente que el primer dirigente del partido que puso su nombre encima de la mesa públicamente, en reiteradas ocasiones, fui yo -replicó- y sabe que va a tener en mí a un perfecto aliado de aquí al 20 de noviembre».

La duda está, precisamente, en qué pasará después de esa fecha. La opción de Rubalcaba nunca fue concebida como una solución a largo plazo, pero los socialistas actúan ya a golpe de escenario.