Visor publica la obra póstuma del poeta Carlos Edmundo de Ory
Jesús Fernández Palacios ha revisado, corregido y prologado 'La memoria amorosa', un «testamento autobiográfico» del autor
CÁDIZ.Actualizado:Cuenta el poeta Jesús Fernández Palacios que su amigo Carlos Edmundo de Ory le encomendó, apenas un mes antes de su muerte, tres encargos: que depositara sus cenizas en Cádiz, que ayudara a su esposa Laura en el desarrollo de la fundación que llevaría su nombre y que se ocupara de buscar un buen editor para su libro 'La memoria amorosa'. Por eso la llegada del cartero le hizo tan feliz ayer. Por fin Jesús sostenía entre sus manos este libro póstumo del creador del Postismo. La editorial Visor es la responsable del cumplimiento de la promesa, justo un año después de contraerla. En aquella visita a la casa de Thezy Glimont, Fernández Palacios revisó las notas de su amigo. Tras cotejarlas y corregirlas, el siguiente paso era la búsqueda de una buena editorial, que se consiguió gracias a la mediación de otro colega, Félix Grande.
El resultado es «una especie de testamento autobiográfico (cuyo adelanto apareció en el número de abril de la revista 'Campo de Agramante'), en el que Carlos traza una cartografía de su vida significando los cuatro topónimos fundamentales de su existencia: Tarsis (Cádiz), Mayrut (Madrid), Lutecia (París) y Picardía (Amiens-Thezy)», según el poeta gaditano, también autor del prólogo de esta 'memoria amorosa' que viene a ser un continuo de la obra oryana. «Es Ory por los cuatro costados. Está presente el Ory lúdico, irónico, humorístico, ingenuo, real e irreal, tierno, curioso...», insiste Fernández Palacios. Valga como ejemplo las palabras que él tanto repetía y que con tanta admiración recogió su amigo Jesús. «Para ponerme a escribir tengo que tener la mesa limpia, el papel en el centro, la pluma a la derecha, todo en silencio y, siempre, un ángel que me sopla».
Se encuentra al autor de los 'aerolitos' hasta en la elección de la etimología de esas ciudades tan importantes para su vida. «Coge los nombres originarios, porque él, deliberadamente, las quiere hacer coincidir con la leyenda y no con la actualidad». También es intencionado la mezcla de géneros. «No es una obra pura en términos estilísticos, es un híbrido de prosa poética, microrrelato y la literatura de diálogo, casi teatral. Pienso que la pureza de los géneros tiene que ver más con lo académico que con lo creativo y el espíritu libre del autor», subraya el prologuista de 'La memoria amorosa'.
En su testamento literario, Ory bebe del realismo mágico, creando personajes fantásticos y huyendo de lo tópico y lo típico. La sorpresa está asegurada con cada uno del medio centenar de relatos presentes en el libro. «Esa es la lectura que él quiso hacer de su vida, su vida común es fantástica y esa es la vida en la que hay que reconocer a Ory, ésta es su mejor memoria».
Primera parada, Cádiz
Una memoria que empieza en su Cádiz natal. En este apartado el lector encontrará cantos a la Alameda, a los paseos por el malecón frente al mar, en un escenario imaginativo, mitológico. Como cuando llega a ver a Durero -convertido en ser fantástico- recreando una batalla naval en el suelo. O como cuando relata la liturgia de una misa -a la que asiste con su padre- en un intento divertido e iconoclasta de obra teatral. También recuerda a un Carlos Edmundo niño, «niño raro» por su hipersensibilidad y capacidad creativa.
La cartografía vital del Hijo Predilecto de Cádiz, de la Provincia y de Andalucía será presentada este viernes, a las 18.30 horas, en el Convento de Santa Clara de Sevilla dentro del Festival Internacional de Poesía, en el que se rendirá un homenaje especial al creador del Postismo. La siguiente puesta de largo se desarrollará en Cádiz, en el marco de unas jornadas dedicadas al poeta gaditano y que organiza la Fundación Carlos Edmundo de Ory con la coordinación de José Manuel García Gil. El encuentro, del que apenas se sabe la fecha -2, 3 y 4 de noviembre- será la primera gran actividad de esta institución que preside la viuda, Laura Lachéroy. Ella también está muy presente en la obra póstuma de su marido, ya que es la autora de la cubierta, una ilustración surrealista muy en la línea de Ory. También se espera una futura presentación en Madrid, aún por fijar.