primera ronda

Hollande gana la primera batalla en el socialismo galo

A las tres de la tarde habían votado más de un millón de personas en unas elecciones inéditas en el país

PARÍS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

François Hollande y Martine Aubry se clasificaron ayer para disputar el próximo domingo la segunda vuelta de las primarias socialistas para las elecciones presidenciales francesas de 2012.

Los favoritos en los sondeos previos se impusieron con claridad en la primera ronda que, con una participación que rondó los dos millones de votantes, ofreció como principal sorpresa el tercer puesto logrado por Arnaud Montebourg, jefe de filas del ala más a la izquierda del Partido Socialista, en detrimento de Ségolène Royal, gran perdedora de la cita con las urnas.

Según las tendencias dominantes en el recuento de votos, el exmarido de Ségolène Royal y padre de sus cuatro hijos logró el 39,4% de las papeletas frente al 30,4% alcanzado por Aubry en las primeras primarias abiertas a todos los simpatizantes de la izquierda. La diferencia de apenas diez puntos deja totalmente abierta la investidura popular del aspirante a desalojar al conservador Nicolas Sarkozy la próxima primavera.

Autor de un breviario programático titulado 'Votad por la desglobalización', Montebourg acaparó el 17,2% de los sufragios de electores seducidos por sus propuestas proteccionistas de intervenir los bancos, meter en cintura a las agencias de calificación y crear una agencia europea de la deuda. El líder emergente del socialismo de ruptura con el capitalismo financiero rebañó votos a Royal (7%), quien en 2006 había barrido con una mayoría absoluta del 60% a Laurent Fabius y Dominique Strauss-Kahn en las primarias del PS, reservadas entonces únicamente a los militantes.

Reflejo del giro izquierdista imprimido por los simpatizantes más motivados los dos últimos clasificados en el escrutinio fueron los aspirantes situados más a la derecha del espectro socialdemócrata. El barcelonés Manuel Valls, defensor del IVA social y la reducción de la deuda, se tuvo que contentar con el 5,3% mientras que el radical de izquierdas Jean-Michel Baylet obtuvo un simbólico 0,6%.

Revelar las preferencias

Los organizadores subrayaron el «inmenso éxito» de una participación que, con dos millones de votantes, superó sus esperanzas y convirtió la cita en un «acontecimiento histórico sin precedentes». Según Harlem Désir, primer secretario interino del Partido Socialista, la movilización fue más allá de los simpatizantes progresistas. «Hay en nuestro país una gran cadena ciudadana que se forma para decir 'no' a Nicolas Sarkozy y decir 'sí' sobre todo a un cambio la próxima primavera en la elección presidencial», valoró el hombre que suple de manera provisional Aubry al frente del partido, que cuenta con 160.000 militantes.

Sin embargo, la participación distó años luz de los 9,5 millones de personas que votaron a favor de Ségolène Royal en la primera vuelta de las presidenciales de 2007 o de los 16,7 millones que sedujo ya como candidata única de la izquierda en el duelo final frente al victorioso Nicolas Sarkozy. Tampoco se acercó a los cuatro millones de electores que en octubre de 2005 eligieron, entre siete pretendientes del conjunto de la izquierda italiana, a Romano Prodi para retar a Silvio Berlusconi en la primera experiencia europea de unas primarias abiertas.

Los politólogos explican este desfase por la novedad de un experimento que obligaba por primera vez a los franceses a hacer públicas sus preferencias políticas, un tema tan tabú en este país como declarar sueldo o ingresos. «Es una verdadera revolución en nuestra vida política que sacraliza el carácter secreto del voto», analizó Gérard Grunberg, director de investigación emérito en el Centro de Estudios Europeos de Ciencias Políticas.