CRISPACIÓN EXCESIVA
Actualizado:Jerez esté excesivamente crispada. Y eso es algo que no le hace ningún bien, ni le ayuda a salir de la delicada situación en la que se encuentra. Sobre todo el Ayuntamiento, en cuyas arcas por no haber ya no hay ni telarañas. Todo lo sucedido esta última semana es un buen ejemplo de ello.
Las protestas han vuelto a ser diarias a las puertas del Ayuntamiento. Rara es la jornada en la que, además, algún colectivo no organiza una protesta por la tarde, algo en lo que están destacando últimamente las trabajadoras de Acasa (ayuda a domicilio). La plantilla de transporte urbano enfila ya su décima semana de huelga, que se dice pronto. La de Onda Jerez está de uñas con el anuncio de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a buena parte de sus 86 empleados. Los partidos de la oposición no pasan ni una y sus críticas son cada vez más virulentas. CC OO y UGT -lo de CGT merecería un complejo artículo propio- abanderan multitud de frentes laborales en los que casi siempre encuentran como culpable a un gobierno local que parece que no da de sí para apagar más fuegos.
Cada caso, cada conflicto, cada problema tiene sus propias características y serían susceptibles de un análisis individualizado sobre sus causas, culpables y posibles soluciones. La razón no tiene que estar siempre del mismo lado, lógicamente, pero lo que sí es incuestionable es que así, tal como está el ambiente ahora, con tanta crispación y tantos rencores germinándose, resulta poco menos que imposible enderezar la nave. Urge, y mucho, aparcar diferencias, izar la bandera blanca y que todos, unos, otros y los de más allá, se sienten en una misma mesa. Sin prisas, las veces que sea necesario hasta que se alcance un gran pacto local en el que estén representados partidos, sindicatos, empresarios, vecinos... y todos aquellos colectivos y entidades que tengan algo que aportar al respecto.
Pero, claro, para eso antes tienen que ser capaces de renunciar a la rentabilidad política, social o del tipo que sea que algunos intentan conseguir con este estado de crispación permanente que se ha instalado en Jerez nuevamente. Todo lo contrario, en definitiva, de lo que más de uno ha demostrado esta semana. Con el tema del paro, por ejemplo, un asunto que ya está alcanzando unos tintes dramáticos. Que se lo digan, si no, a los 30.770 desempleados que hay ya en la ciudad, que a buen seguro que han asistido perplejos al cruce de reproches entre partidos.
«La cooperación no es ausencia de conflicto, sino el medio para resolver el conflicto». La frase, lógicamente, no es mía. Es de Deborah Tannen, alguien que sabía bien de lo que hablaba. Y quien suscribe no ha encontrado nada mejor para cerrar este artículo. Será para bien si empuja a alguno a meditar.