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Vettel abandona la sesión de entrenamientos libres tras estrellar su coche contra una de las protecciones del circuito. :: REUTERS
Deportes/Motor

Un telonero galáctico

Alonso afronta las cinco carreras que faltan con objetivos secundarios, condenado como está a interpretar un papel de corista de lujo

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS
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Ejerce como un galáctico en segunda fila. Mal que le pese, a Fernando Alonso no le queda otra opción que mirar con catalejo el tramo final de la temporada de Fórmula 1. Las cinco carreras que simbolizan el poder de las economías emergentes (Japón, Corea del Sur, India, Abu Dabi y Brasil), las que había apadrinado Bernie Ecclestone como punto de abastecimiento, son citas sin sal para el piloto español, condenado como está a interpretar un papel de telonero de lujo. Sus objetivos son importantes como material de consumo interno para el mundo búrbuja de la Fórmula 1, pero secundarios para el interés del gran público.

Hace un par de temporadas, cuando el español pilotaba para Renault y tenía dificultades para clasificarse en la Q3, encontró un aliciente en el dinero de Ecclestone. El supremo de la Fórmula 1 reparte una cantidad ingente de euros entre las escuderías según su posición en el Mundial de constructores del año anterior. Ahora sucede algo parecido. Pretenden Alonso y Ferrari recortar la ventaja que administra McLaren (85 puntos) en pos del subcampeonato por escuadras. Cuanto más arriba, más dinero para desarrollar el coche de 2012. Un monoplaza que, según la propaganda inherente a la F-1, será el no va más de la innovación y el ingenio.

Tiene Alonso otros asuntos particulares en esta recta final. Una victoria parcial, por ejemplo. Solo ha ganado una vez este año, en Silverstone (Inglaterra). Escaso bagaje para alguien que se acostumbró al dulce exiliar del triunfo. Desde que es quien es, una figura de orden mundial, solo un año fue peor que éste para Alonso. En 2009 no consiguió ningún éxito. En 2005 ganó cinco carreras. Siete en 2006. Dos en 2008. Y cinco el curso pasado. 2011 está resultando un ciclo pobre para el piloto asturiano, desarbolado por la supremacía de Red Bull, que ha logrado todas las poles de la campaña. «Prefiero ganar una de las cinco carreras que quedan antes que el subcampeonato», expresó Alonso nada más pisar suelo nipón. Una afirmación que expone el espíritu inalterado del campeón español. Prefiere ganar por encima del puesto.

La «suerte» de Vettel

El comienzo del fin de semana en Japón le dejó al asturiano un buen sabor de boca. «Tanto Felipe Massa como yo hemos tenido hoy -por ayer- un pelín de mejores sensaciones que en Singapur, y ojalá esto nos acerque al podio». Aunque el Ferrari no ha cambiado prácticamente nada respecto al último fin de semana de carreras en Singapur, Alonso se declaró más o menos conforme. «Esperemos ser capaces de luchar frente a McLaren y Red Bull. La sensación es algo más alentadora que en anteriores carreras», comentó Alonso.

Y luego opinó sobre Vettel: «Cuando te sale todo bien, te sale todo bien. Este es un año perfecto para él, en el que ha tenido una superioridad enorme de vehículo. Ha tenido la suerte siempre de cara. Ha hecho el trabajo perfecto en los momentos en los que tenía que hacerlo; en las 'poles', en las salidas, en carrera... Ha habido grandes premios tremendamente complicados, con lluvia, como en Canadá, donde supo mantener la calma para acabar segundo. Que todos los problemas sean los viernes es lo mejor. Ganará con la máxima ventaja que se pueda. Ojalá que el año próximo tengamos un coche parecido y podamos plantarle cara», concluyó el piloto asturiano.