Disciplina para chicos indomables
'El campamento' regresa hoy a Cuatro para dar una oportunidad a ocho jóvenes con graves problemas de conducta
Actualizado: GuardarYeray, con 18 años, ha conseguido echar de casa a su madre, que se ha tenido que ir a vivir con una hija. «Mis cambios de humor y las idas de olla le daban miedo». Manuel, con 19, alardea de su carácter violento: «No me gustan los chivatos ni que me tomen el pelo. Si hay que romper los nudillos, se rompen». Iván, con la misma edad, sigue idéntica estela al confesar que escupe a su madre y se pelea «con quien haga falta», porque «si eres bueno, la gente se ríe de ti». Algo parecido le sucede a Desy, también de 19, a quien no le puede faltar dinero para salir y «pillar». De no disponer de ello, lo obtiene por las bravas, sin miramientos. «Hago lo que sea para conseguirlo, no me para nadie».
Yeray, Manuel, Iván y Desy son algunos de los ocho jóvenes que participan en el 'reality' que Cuatro empieza a emitir hoy, a partir de las 22.30 horas.
La segunda temporada de 'Campamento' se estrena con nuevos concursantes y distinto escenario natural: el idílico Cabo de Gata, en Almería. El conductor del programa se mantiene. Pedro García Aguado, excampeón olímpico de waterpolo y galardonado el pasado miércoles con la medalla de oro al mérito deportivo, se esforzará, junto a un equipo de terapeutas, en dar una oportunidad a esos ocho jóvenes conflictivos, indómitos y agresivos que se han apuntado voluntariamente a la experiencia en un intento de reconducir sus vidas, que ya se les escapan de las manos, como a Itxyar, de 18 años. Es boxeadora y cualquier disculpa le sirve para emprenderla a puñetazos con quien se le cruce por la calle, tanto chicos como chicas, con su madre o con clientes de cualquier bar. «Lo que más me gusta es robar a los pijos; lo que menos, que no me sé controlar».
Alberto, de 19, admite que su casa es «un infierno» y que está cansando de mentir. «Soy gay y mi padre se piensa que mis amigas son mis novias», lo que le enfurece hasta extremos insospechados. Está frustrado y es toxicómano, como Xika. La situación de esta chica, que ha cumplido ya los 20, no es mucho mejor. Consume todo tipo de drogas y conoce los centros de menores. «En mi pueblo me respeta todo el mundo, si no ya que encargo yo de que me respeten. De mí no se ríe nadie», declara la concursante, de infancia difícil después de que su madre ingresara en prisión.
Queda por contar el testimonio desgarrador, como los de sus compañeros, de Estefanía, de 19 años, adoptada de bebé, y con constantes ataques de ansiedad y de ira. «Si las cosas no son como quiero, mi cabeza se transforma y me pongo histérica, como loca». Insegura, con dependencia afectiva de los hombres, en su cabeza bulle el sueño de ser modelo.
Todos sueñan. Pero, para siquiera rozar esos sueños, han de abandonar la espiral que los atrapa. Por eso tendrán que acatar una dura disciplina que implicará un cambio de hábitos, además de los compromisos que conlleva la convivencia en grupo. Vivir otra experiencia les puede ayudar a mirarse y emprender otro camino. Con la ayuda de psicólogos y terapeutas, con voluntad y no pocos momentos duros podrán virar su rumbo en las tres semanas que dura 'Campamento'.