La prueba del '9'
Jordi Alba espera una oportunidad ante checos y escoceses para adueñarse del lateral izquierdo Con el billete para la Eurocopa en el bolsillo, España inicia una concentración que mira con lupa a un ansioso Torres
Actualizado:Además de constatar si Jordi Alba puede ser la alternativa en el lateral izquierdo de la selección que busca desde hace tiempo Vicente del Bosque, la concentración de 'La Roja' para los dos próximos partidos oficiales, ante la República Checa, el viernes en Praga, y contra Escocia, el próximo martes en Alicante, se presenta desde hoy como la prueba del '9'. Aunque suene muy fuerte, Fernando Torres se puede estar jugando el puesto para la próxima Eurocopa. Del Bosque ha ratificado la confianza en el 'Niño' para los últimos partidos de la fase de clasificación para la fase final del Europeo de Ucrania y Polonia, ya conseguida de forma matemática por España tras un pleno de victorias, pero su paciencia con el delantero madrileño se agota. Por algo se detuvo en Torres cuando el pasado viernes ofreció una convocatoria de la que se ha caído, por lesión, Cesc Fábregas, y a la que regresan, ya recuperados, los centrales Piqué y Puyol.
«Es un caso que me gustaría explicar. Fernando ha venido siempre y es uno de los nuestros. Pero igual que le hemos dado confianza, él debe corresponder y dárnosla a nosotros». El mensaje, y más en palabras de un siempre comedido Del Bosque, suena a ultimátum. O el 'Niño' espabila y mejora su rendimiento con la selección, y con el Chelsea, o el técnico dejará de contar con el héroe que cambió la historia del fútbol español al marcar a Alemania el histórico gol en Viena.
A la grada
La imagen de Torres en las gradas de Las Gaunas, con ocasión del último encuentro ante Liechtenstein, no fue anecdótica. El madrileño no se quedaba fuera del banquillo desde un amistoso ante Rumanía, celebrado en 2006 con Luis Aragonés de seleccionador. Nada de lo que hace Del Bosque es gratuito. Si tuviera que ofrecer mañana la lista de 23 convocados para la Eurocopa, seguramente Torres se quedaría fuera.
David Villa no ofrece discusión, aunque suele jugar escorado a la izquierda; Fernando Llorente se consolida y viene de marcar dos goles con el Athletic de Bielsa en el derbi vasco; Negredo progresa adecuadamente, firma cinco goles en siete partidos y ahora es el titular de 'La Roja', y Soldado sigue en la reserva pero con el arma bien calibrada. El valenciano lleva esta temporada cinco goles en Liga y es el mejor artillero entre los seleccionables.
Los números de Torres cantan, o más bien desafinan. Suma tres goles en ocho partidos este curso, dos en la 'Premier' y uno en 'Champions', y con España no anota desde el amistoso jugado ante Estados Unidos, en junio pasado. En encuentro de competición, no moja desde que acertó en la goleada ante Liechtenstein (0-4), en el choque jugado en Vaduz en septiembre de 2010. Ya ha llovido.
Hay otro dato que juega en contra de Torres, decadente desde le lesión de rodilla sufrida antes del Mundial de Sudáfrica, donde su presencia fue testimonial. Si se analiza la lista para esa Copa del Mundo, se concluye que Del Bosque reforzó la zaga en detrimento del ataque por temor a las tarjetas que tanto peaje cuestan en la fases finales. Negredo fue entonces el damnificado. Lo más lógico es que para el Europeo cite también a dos nueves, además del versátil Villa, no a los tres que ahora aparecen en la lista.
Por su nivel actual, el delantero del Chelsea no se merece la selección. Pero se trata de un peso pesado en 'La Roja', del séptimo jugador más internacional con 88 partidos, a solo uno de Fernando Hierro, y del cuarto máximo artillero, empatado a 27 dianas con Morientes.
Al 'Niño' le ve inquieto, ansioso. Su reciente expulsión con el Chelsea, en una entrada más típica del central leñero de antaño que de un delantero rápido y versátil, lo atestigua. Falla más controles y pases de lo habitual y está peleado con el remate final. En el amistoso ante Chile, por ejemplo, recibió un pase magnífico de Cesc que le dejó solo ante Claudio Bravo, pero se precipitó y disparó en semifallo con la zurda. Nada que ver con el delantero idolatrado en el Calderón y en el Liverpool hasta que Anfield sintió su marcha al Chelsea como una traición. Tiene solo 27 años y la historia le avala, pero el crédito se le agota.