Cesc se perderá el encuentro en Gijón aunque ahora tendrá dos semanas de parón liguero para recuperarse. :: LA VOZ
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Cesc, nueva lesión muscular

La ausencia del medio centro catalán no debe frenar a un Barça lanzado que se encuentra en El Molinón con un Sporting en horas bajas Será baja en Gijón dentro de una plaga de percances que ya preocupa al Barça

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Pep Guardiola no pudo evitar fruncir el ceño cuando fue preguntado por la sexta lesión muscular que ha sufrido su plantilla en apenas mes y medio de competición. Intentó transmitir un mensaje de normalidad tirando de tópicos («Esas cosas pasan y pasarán siempre»), pero reconoció: «Hemos hablado con los médicos y los preparadores físicos». Su mueca de disgusto es porque el último en caer estaba siendo un jugador clave alrededor del cual se había organizado el sorprendente 3-4-3: Cesc Fàbregas.

El centrocampista de Arenys, con un amplio historial de percances musculares en el Arsenal, se estrenó en la enfermería culé al sufrir una pequeña rotura en los isquiotibiales que le mantendrá tres semanas de baja. Será la cuarta baja en Gijón (20.00 h.) junto a las de Iniesta, Alexis y Afellay. Los dos primeros, también con lesiones musculares, como los contratiempos de los ya recuperados Piqué, Adriano y del propio Afellay antes de romperse la rodilla de la que será operado mañana. Guardiola ya no tiene 18 disponibles para completar la cita.

Manolo Preciado, que durante la semana ha reconocido que la anarquía táctica de Cesc era un problema de difícil solución, puede estar un poco más tranquilo. Pero solo un poco, porque como rivales tendrá a su amigo Villa y a su admirado Messi.

El hambre de Messi es el mejor aval para un equipo azulgrana que necesita reencontrarse con la victoria a domicilio para comenzar a asaltar el liderato de la Liga. En la Liga está sufriendo más de la cuenta lejos del Camp Nou. En Anoeta y Mestalla tuvo que conformarse con sendos empates. El Sporting está más que obligado a puntuar. Pese a la envergadura del rival, no puede ceder más en su estadio. La cabeza de Preciado está en peligro, aunque el técnico tira de momento de ilusión: «Les he dicho a mis jugadores que enfrentarse al Barça es una pasada y un disfrute, algo con lo que hace tres años ni soñaban algunos».